lunes, 1 de febrero de 2010

LAS DIOSAS... (POEMAS I AL X), por Fernando Sabido Sánchez




I

EL VACÍO

En mis sueños siempre habita el vacío
que recorro en un vuelo ingrávido
por el olor a misericordia de las noches
Llego hasta el alba
y no tengo a nadie que me espere
hasta la luna se oculta para repudiarme
en un paisaje de sombras
más allá de la muerte

Cae gota a gota una lluvia
que desnuda con lamentos mi alma
y sobrevive el miedo a la inexistencia
Se tensa el vértigo y rozo con los labios
la belleza al perderse
en la luz impalpable de la negación


II

LA ETERNIDAD

Suspendidas en la duración de Zeus,
deslumbrantes estatuas entonan panegíricos
a los dioses del Olimpo
Erectas, con los ojos saturados
de belleza inacabada semejan espiras
que gritan o susurran en función
de un viento despiadado

Rebosa el tiempo y las excita
un ansia de inmortalidad


III

LAS DIOSAS OCULTAN SU SEXO
DETRÁS DE LA LUNA

Las diosas ocultan su sexo detrás
de la luna, recelando remolinos
de estrellas enlutadas y escombros
de infinito

En las noches de plenilunio retoman
la sensualidad murmurando la confusión
en la que las ha sumido la abstinencia
y regresan mostrando su desnudez
ceñida por una lencería de nubes

Entretanto, hierve la sangre
de los dioses y demandan del Olimpo
el semen derrochado en la inútil
algarabía del estrépito



IV

TU TERNURA PLANEA SOBRE LA CONVULSIÓN

Te posee un corazón tallado en el diamante
de la fidelidad, unos ojos enlutados por la espera
mirando al mar, al amor que viaja desde lejos
para no llegar nunca a tu isla de Ítaca
En la intimidad, el placer solitario escupe lava
y mancha de ceniza tu vientre recostado
en los sueños, fiel bajo la prodigiosa torre de marfil,
tejiendo y destejiendo secretos en los pechos vírgenes
de las mareas, guardando las palabras como un tesoro
al abrigo de hipócritas deseos, de todos
los cuchillos sangrientos del machismo que ansiaron
sólo atravesar tu cuerpo

Testifico tu ternura que planea vencedora sobre
convulsas y aún cercanas fiebres, Penélope que grita
mientras siente las caricias del viento en las entrañas
despreciando el llanto helado, el sollozo del designio,
para asaltar sin miedos ni silencios la libertad



V

EL CONOCIMIENTO NOS INCITA
CON GUIÑOS SENSUALES

Sabiduría, luz que extiende sus largos
cabellos sobre los necios que colman
los cenáculos agonizando entre sus propios
gemidos
Un libro ante los ojos resulta cegador,
te empapa las desnudas neuronas
sin desprendimientos,
ven tómalo entre tus manos de cristal
y escucha en silencio las voces de los siglos
relatando historias

La irradiación es vital
para percibir los conjuros de la gnosis



VI

SOLEDAD

En las mujeres que han vivido intensamente
tampoco están las respuestas, las observo
ocultándose en un espanto dramático
o separando los últimos ángulos
con imperceptibles fragmentos de luz

Los ojos del tiempo revelan su desnudez,
si las pregunto sobre el amor, muestran
las heridas del sexo, el perfil del desengaño
y los verdugos

Ahora miran al horizonte confundidas
envueltas en una fe caduca y en su soledad


VII

MATERNIDAD

Gracias a la conservación de manuscritos fechados
afirmo que el pensamiento amenazó con escribir la historia
de un amor que nunca quiso nacer

Hiciste uso de las ostras y su perfil de arena introdujo
la bienvenida al mar
Con caracolas vuelvo a ocultar mis oídos
y al escuchar tu voz te exijo respirar en un coro
de perlas marinas

¿Me oyes?
Sin el permiso de tu rancio linaje
vienes a decirme en secreto que me amas y es prematuro
porque tú sabes que un mismo movimiento
te devuelve a la totalidad inacabada

Amanece
y en la maternidad mediterránea
no hay ya ninguna errata


VIII

ME AMARÁ SIN PREJUICIOS LA MUERTE

Amé en secreto muchas veces implorando
pasiones inéditas, rompí escarchas lleno
de esperanza y encontré corazones convexos
Me negaron mujeres de sexualidad imprecisa
y abracé cuerpos desnudos con deseos ajenos,
hasta el siempre prosaico reducto de la infidelidad
alcanzó a rechazarme

Amé labios que me ocultaron la sonrisa,
a mujeres de sexo solidario inmersas en la causa
con una fe ciega y el alma empapada
Amé vírgenes aferradas al dogma de hogueras
pretéritas, a prostitutas y en verdad,
a mi mismo

Podría contar la realidad con palabras
más dulces, si no supiera que algún día
me amará sin prejuicios la muerte



IX

ALMAS

No entiendo de apariencias
estériles ni de posturas neutras
sí de almas laceradas
y corazones indefensos

A veces el destino nos libra
de la apostasía
ocultándonos en un bosque
de inanimadas agruras



X

LA SOLEDAD NO PIDE PERMISO

La soledad no le pidió permiso, se alojó
clandestinamente en las grietas de la vejez
y en el corazón calcificado el día en que apenas
existía ya en sí mismo

Algunos blues y otros pertrechos para una eternidad
bajo tres palmos de tierra no ahuyentaron el olor
de la ambrosía, había perdido toda su fe en lograr
acercarse a las hogueras y en perdurar

Esa misma noche, el anciano preparó las maletas
por si acaso

1 comentario:

José Antonio Fernández dijo...

Por falta de tiempo me quedó ayer por leer esta parte y después de leida es justo decir que es poesía de calidad. El poema 3 y el 10 me han gustado mucho pero todos tienen unas imágenes que motivan al lector.
Felicidades.