ANTOLOGÍA DE POEMAS








CLAUDE MONET

El otoño, que viene de robar a los árboles
el disfraz de las hojas
quiere envejecer ahora
sentado en las rodillas de la nieve

Y siente celos de Claude Monet
que vuelve de la eternidad
cada primavera
a pintar nenúfares
en su estanque de Giverny




NIÑEZ

He vuelto por unas horas
a la que jamás fue mi niñez
a los años en que se ausentaban los pájaros
en el cielo nublado de todas las mañanas
sin encontrar el lugar secreto
en el que nos escondían los juguetes

Un día dos niños se besaron
ignorando por qué el instinto
les empujó a ocultarse
en el nido abandonado de los gorriones




TRAVESTIDO

En el ceremonial íntimo del solitario
las lágrimas se confunden con la cobardía
es un proscrito por la realidad de lo distinto
maquillaje que juzga la sociedad
de irreverente

Ya en la calle cruza la frontera
misántropo en sus sentimientos de mujer
y la noche le sorprende
saldando su deuda con la naturaleza

Allí donde nadie conoce su secreto
le han visto del brazo del mendigo
sufriendo por amor
en la prisa de las horas
mordiéndose el deseo
en la esquina del coraje
aprendiendo a convivir
en los sueños con las brasas

Hoy se siente el protagonista de su vida
encerrada en el baúl de la infancia tantos años
y en la acera del placer prohibido
comparte con las putas
la desgarrada melodía de un blues
que estalla en el silencio
de un destino encadenado
a la ambigüedad maldita de su sexo





PAISAJES

Tal vez crees que pueda existir el paraíso
y llegar a tocarlo brevemente con las manos
pero solo a la primavera
le nacen hojas en los árboles
sin proponérselo

Ahora sabes que la vida se nos escapa
cuando la amarramos al viento
y que en una misma fotografía
no caben todos los paisajes que nos gustan




PASIÓN INÉDITA

No debes ahora recordar
el pasado que compartimos
a destiempo

Has conocido a otro hombre
y me dices te posee
una pasión insólita
que no te reconoces

Escúchame
no puedes apagar el sol

Además es mediodía






EL VACÍO

En mis sueños siempre habita el vacío
que recorro en un vuelo ingrávido
por el olor a misericordia de las noches
Llego hasta el alba
y no tengo a nadie que me espere
hasta la luna se oculta para repudiarme
en un paisaje de sombras
más allá de la muerte

Cae gota a gota una lluvia
que desnuda con lamentos mi alma
y sobrevive el miedo a la inexistencia
Se tensa el vértigo y rozo con los labios
la belleza al perderse
en la luz impalpable de la negación




LA ETERNIDAD

Suspendidas en la duración de Zeus,
deslumbrantes estatuas entonan panegíricos
a los dioses del Olimpo
Erectas, con los ojos saturados
de belleza inacabada semejan espiras
que gritan o susurran en función
de un viento despiadado

Rebosa el tiempo y las excita
un ansia de inmortalidad




TU TERNURA PLANEA SOBRE LA CONVULSIÓN

Te posee un corazón tallado en el diamante
de la fidelidad, unos ojos enlutados por la espera
mirando al mar, al amor que viaja desde lejos
para no llegar nunca a tu isla de Ítaca
En la intimidad, el placer solitario escupe lava
y mancha de ceniza tu vientre recostado
en los sueños, fiel bajo la prodigiosa torre de marfil,
tejiendo y destejiendo secretos en los pechos vírgenes
de las mareas, guardando las palabras como un tesoro
al abrigo de hipócritas deseos, de todos
los cuchillos sangrientos del machismo que ansiaron
sólo atravesar tu cuerpo

Testifico tu ternura que planea vencedora sobre
convulsas y aún cercanas fiebres, Penélope que grita
mientras siente las caricias del viento en las entrañas
despreciando el llanto helado, el sollozo del designio,
para asaltar sin miedos ni silencios la libertad





ME AMARÁ SIN PREJUICIOS LA MUERTE

Amé en secreto muchas veces implorando
pasiones inéditas, rompí escarchas lleno
de esperanza y encontré corazones convexos
Me negaron mujeres de sexualidad imprecisa
y abracé cuerpos desnudos con deseos ajenos,
hasta el siempre prosaico reducto de la infidelidad
alcanzó a rechazarme

Amé labios que me ocultaron la sonrisa,
a mujeres de sexo solidario inmersas en la causa
con una fe ciega y el alma empapada
Amé vírgenes aferradas al dogma de hogueras
pretéritas, a prostitutas y en verdad,
a mi mismo

Podría contar la realidad con palabras
más dulces, si no supiera que algún día
me amará sin prejuicios la muerte




HIPOCRESÍA

Se generaliza la hipocresía
La madre de todas las guerras asesina
a sus hijos como una vieja puta y el amor
es la turbación que nos excita visionando
añejas películas en technicolor

Hasta la felicidad se vende cada noche
impregnada en unas rayas de cocaína











NADA

Permanezco en silencio esperando nada
No es un poema sobre la muerte
Tampoco de erotismo
El narcisismo nunca me trasmite euforia

Mi ironía es el decorado para una película
Una maqueta
La sala de cine está vacía
Otro día que pasaré inadvertido





SEXUALIDAD

Sobre mi sexualidad llueve en horizontal,
es un error considerarme incompatible
con un cuerpo malgastado en el que el alma
se mantiene incólume
En el exterior la noche es hermosa,
sin embargo, aún gotea la sangre
de heridas que me ocasionó la mordedura
de la serpiente

No puedo prometerte amor mientras
me desangro, el amor heterosexual
que apeteces de un ser cuya naturaleza
es imprecisa
Intentarás entenderme y aflorarán
las mentiras, entretanto, puedo
enseñarte algunas fotografías antiguas
que no me incriminan

Quizá no sea del todo ilícito mostrar
las apariencias y regresar al prólogo
No confíes demasiado en poder revelar
los enigmas, aún eres muy joven para
encontrar respuestas a un comportamiento
que la sociedad juzgaría execrable





ECUACIONES

Fuego en las lenguas
Y en el vientre escarcha
Los sexos amputados requieren

Orgasmos fingidos





La tristeza invade la memoria
Y la gente enloquece

Excitados por las jaculatorias
Los ángeles pactan
Procurarse la fuga





El Dictador
Tomó el poder
Desplegando
Banderas

Y plegando
Intelectuales






El Coronel golpista
Emuló a su homónimo
Fronterizo

En soflamas
Paranoia
Y perpetuidad






La Camarilla transita excesos
Y vicios apócrifos
Cada noche

Amanece
Vomitando represión
Con nombres y apellidos








ESPEJISMOS

Presiento que estamos enterrando
las viejas canciones de amor,
que el viento de la umbría
va deshojando nuestro libro
verso a verso
sin demorar el arribo de la muerte

Recuerdo los gemidos del ensueño,
el ungüento invisible que nos salvó
a veces del naufragio sin juramentos apócrifos,
la infidelidad desprovista
de estigmas, las ascuas

Y ahora cada palabra, cada letra
vagará por paisajes inhóspitos
de algarabía,
nómadas en una selva de pájaros
que desafinan el silencio
rompiendo como olas
de lágrimas negras nuestros sueños,
tal vez crisálidas a contraluz
trepando la oscuridad
para ponerse a salvo de espejismos
baldíos




AMOR, NO MUERAS

Persiste el dolor, un dolor de perros,
ha nevado toda la noche y no espero
que te compadezcas o me muestres
al despertar una sonrisa desdibujada

Recuerdo que en la cumbre del amor
mis sentidos eran agujas que marcaban
la libertad en un reloj inmóvil de sigilos,
tus pechos, lunas en llamas que se cimbraban
entre detonaciones dulces de sangre

Aunque sabía que nada nos ataba
¿Dónde estás ahora?
¿Qué maldición me envuelve?

Amor, no mueras,
cada día es un amargo despertar
sin esperanza, ciego de rabia,
sé que más allá de tus brazos
hay un mundo con grietas
en las que se disolverán los deseos
y el amor no ocupará un lugar subrayado

Pero amor, no mueras nunca




ABLACIÓN

Se consuma el crimen, la mordaza ciñe
la amputada carne impúber del pretérito,
el placer proscrito y extirpado en ceremonias
salvajes e inhumanas que imponen un letal
claroscuro a la sexualidad

El disfrute se anestesia en la ceguedad
de la herrumbre, el derecho al goce se transforma
en nieve sobre los páramos del sexo, brocal
inútil que enluta la voluntad sordomuda
Tras la mirada perdida, pentagrama de tristeza
sin dicción, sólo un soplo de belleza gris

En el corazón arrojado al abismo, perdurará
la malherida caligrafía de una mujer




ESCONDÍ LAS VIEJAS MUÑECAS DE TRAPO

Me niego a mostrar al mundo la asexualidad
de un cuerpo que envejece interiorizando culpas
que no le corresponden, como si no hubiera
ocurrido y la vida fuera un sarcasmo de mal gusto

Escondí las viejas muñecas de trapo en el desván
del tiempo, al socaire de los jazmines
y del olor de una infancia que aún me arrulla,
del afecto de las manos deshojadas de mi madre
cuando enjugaban mis lágrimas impares

Ha cerrado el último bar de la noche y dejo
de venderme, de poner precio a las mentiras,
condenado a ser un guiñol al que fatalmente
la certera guadaña de la muerte segará los hilos