LA MUERTE SIGUE SU RUTINA EN BAGDAD
Las morgues
De los hospitales de Bagdad
Se colapsan todas las mañanas
Con cadáveres destrozados
Por bombas “terroristas”
Al alba de Londres
Madrugada en Washington
En calle Génova desayunan maitines
Los funcionarios separan
En primera instancia
Los cadáveres más compactos
Una rápida identificación
Niños y mujeres a la derecha
Hombres al fondo
Vísceras y huesos desprendidos
A la izquierda
Los voluntarios buscan dedos en el amasijo
Cuestión de suma importancia
-Comprobaciones dactilográficas-
Los cuerpos identificados
Se lavan y someten a baños
Preparándolos para la oración
Los orificios de los cadáveres
Se cierran con tapones
O algodón perfumado
De dos piezas sin costura
Comienzan las ceremonias y rezos
El suhban
El durud
El dua y el salam
Lo rezan todos en voz baja
Llevan en procesión
A los asesinados a las tumbas
Las mujeres no van
O acompañarán una parte del trayecto
Los familiares y amigos
Caminan junto al anda
Es un honor cargarla y se valora
Como un acto muy meritorio
Los muertos por el país
Se consideran mártires -Shahid-
Mañana, pasado y al otro
La misma rutina…
Mil ciento dos potenciales
Bombas humanas suicidas inutilizadas
En un mismo día
-Informarán con gran alivio de sus jefes
observadores del ejército norteamericano
y la CIA-
© Fernando Sabido Sánchez