martes, 17 de diciembre de 2013

EL PASO DEL TIEMPO: Poemario completo

Como todos los años, a los amigos que habéis estado aquí, en buenos y malos momentos,  os felicito en estas fiestas con uno de mis poemarios, que lo disfrutéis


EL PASO DEL TIEMPO

 Fernando Sabido Sánchez



Primera edición:    Diciembre, 2007
Segunda edición:   Diciembre 2009



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Copyright: Fernando Sabido Sánchez

ISBN: 978-84-8198-747-8
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Incipit Editores. Tel. 91 532  73 31.  Fax: 91 532 43 34



A María del Pilar Martín Blanco,
Paqui Guerra, Verónica y Javi Sabido,
y a Sandra Delgado 



                 A veces me entran ganas 
                  de levantar la piel
                  y preguntar:
                  “¿hay alguien ahí debajo?”.

                               Charles Bukowski

I

Desnudo en los caminos
duermo sobre el polvo
y respiro el olor de la muerte
enredándome en la pegajosa geometría
de las telarañas 

espero al relámpago
para beber el semen de los árboles
y escapo del tiempo
hacia ninguna parte
buscando en mi brújula a la luna

no encuentro ciudades
bajo las aguas de un arroyo que no dura
ni el color de las flores
sólo vocablos compasivos
empapados en vinagre 



II

Me resisto a escribir con tiza
sobre la cal de tu fotografía
y enviar a buscarte al aeropuerto 
un impostor
que repita el abrazo rutinario
de nuestros encuentros

tengo la impresión de poder lastimarte
porque te he sido infiel
soñando con la Venus del Louvre
de la que presumías parecerte
imitando su posado

lo cierto es que esta tarde
giran con furia los orgasmos
y considero obsceno tu desnudo
al trasluz del vestido 



III

He entornado los ojos
y me sorprende el frío
respirando en voz baja

en este preciso instante
una mujer de cara pálida
piensa en mi con amargura



IV

No estás conmigo
desde hace tiempo
aunque vivas a mi lado 
y siento el deseo de olvidarte
desaparecer de tus ojos extraños
regresar de ti
sin pisar el agua de nieve

destruyendo tu leyenda
si me fuera posible 


V

Leo el diario 
y el olor a tinta 
se mezcla con el aroma 
de un café muy cargado

en el suplemento cultural
reparo en la fotografía de un viejo pintor
ilustrando
una entrevista vacía de contenido

miro mis manos 
desgastadas por la vida
y de repente 
se dibuja en los posos mi rostro 

yo también dejé atrás
pinturas y poemas
aunque nunca
debí creerme un artista




VI

El otoño, que viene de robar a los árboles
el disfraz de las hojas 
quiere envejecer ahora
sentado en las rodillas de la nieve

y siente celos de Claude Monet 
que vuelve de la eternidad
cada primavera
a pintar nenúfares
en su estanque de Giverny




VII

Has arrastrado inútilmente 
tu vida por la miel
sin poder apreciar
toda la gama de sabores
mintiendo al amor
y aspirando el polvo
¿dónde está encarcelado tu misterio?

amor siempre inseguro
que desprecia las llamas
abriendo las puertas 
al verbo frío de las cicatrices
más allá del orgullo
que huye llevándose el pasado
y tendrás que volver
para saber de dónde has venido




VIII

Tus amigos quieren arrancarte el luto
sin saber que bajo el velo ocultas
el vestido de novia que no has estrenado
y que echaste todos los cerrojos
a tu vida sin pedirles auxilio 

abrazas a la viudez no consumada
ignorando los presagios de tu vientre
que se anuncian de forma extemporánea
y te niegas la felicidad de los incipientes latidos
abandonando tu corazón a la intemperie                                                     




IX

Ella 
indagará tu hoguera
ocultándose
sin pedir nada
y te amará
para no morirse
mientras dure

lee sus labios
cuando no te hable
y no preguntes
sólo agradece
la suerte no buscada
sin mentirla

sin ser adulto
vas a saber
que los años circulan
por las aristas
y apenas una línea
separa la realidad
de lo posible

sentirás el deseo
precipitadamente
desnudando erizos
con agonías de sexo
o amarrado al galope
de los zarpazos

no te impacientes
cuando la luna
le traiga lágrimas
sin proponérselo
y mira su boca  
fósforo enrojecido
que se ilumina
cuando sonríe




X

Me ofreces todo cuanto te queda
hasta la piel oscura que te regaló la luna
la última madrugada de tu infancia 
cuando se ocultó entre las nubes
dejándote a solas con el miedo

y no te he escuchado nunca lamentarte
si tu hija te reclama antes de dormirse
que le inventes un cuento cada noche




XI

Cuando vuelvas de vacío me buscarás
junto a tu estatua de hielo abandonada 
cuidando el nido lastimado de los dátiles

alguien ha sembrado de hogueras
los caminos embarrados del jardín
para borrar definitivamente mi rastro


XII

Jamás se dirigieron la palabra
pese a tener algo en común
coincidir puntualmente cada tarde
en el último vagón de un tren de cercanías

acaso alguna vez
disimularon las sonrisas al cederse el asiento
absortos en la individualidad confundida
de la multitud

evitaron la oportunidad
de cruzarse un ¡hola! ¡buenas tardes!
o hacer más breves
los veinte minutos largos del trayecto
sin atreverse a frecuentar
ninguna miniatura irrelevante de sus vidas

el más joven no ha subido al tren desde hace meses
el otro al recordarlo
se pregunta con indiferencia
si se habrá comprado un automóvil




XIII

En los bordes de la noche aparco la rebeldía
y me escurro hasta la dulzura del vino
para entrar en el recuerdo burlando a la fiebre 

paso a paso recorro los incendios provocados
en los que me quemaba para empezar de nuevo
ignorando los motivos de arrojarme al vacío
sin dejar que me empape la lluvia 

en el haber de mi memoria permanece
el no haberme jamás arrodillado




XIV

Escribo cartas para seguir existiendo
cascadas de palabras
que liman asperezas   
de un pasado profusamente sedentario
y necesito explicarme
aunque sólo a mi me incumba

se borran sin retorno las figuras
matizando el dolor aún confuso de caídas
o delirantes mariposas de colores neutros  
que fijan miradas ausentes en los ojos   





XV

El día que creíste
tener las cosas claras
enfrentándote a su mirada
te rompió un brazo 
para que supieras a quién pertenecías
y desistieras de pensar por ti misma

te despreció como ser humano 
ridiculizando tu sensibilidad 
pero no le dijiste basta

y por enésima vez
le has perdonado 




XVI 

Inician el vuelo
con los brazos extendidos
como alas abiertas
y el viento
disipa el humo
que viola a la luz
mancillándola

intercambian abrazos
que asfixian al odio
y es posible en el mar
pájaros posados
en un césped de espuma
tejiendo las mortajas
de la última guerra




XVII

No soy el ser perfecto
que supones
me pienso impuro
y un tanto inexacto
aunque desprecio
las monedas que me lanzan
sobre la mesa

es cierto que a menudo
me dejo herir
por un vago pensamiento
que frecuenta el asombro
converso al ateísmo
y al cielo que no existe
poblado de sotanas

no busques fidelidad
después de tanto tiempo
y desanudar la túnica
de lo convencional
para cerrar los ojos

porque sólo soy
yo mismo




XVIII

En este delirio predominan las apariencias 
la ficción de ascender en el escalafón
y un convenio de boda escrito en hebreo
que te pagarán con monedas acuñadas en hielo 

observo el trayecto imaginario de la aguja
que enhebra hilo virgen en tu traje de novia





XIX

Heredamos del paraíso terrenal
campos de manzanas deliciosas
e infinitas especies de serpientes

no es pecado destruir la leyenda
y gozar tranquilamente del sexo
con tan excelsas tentaciones




XX

Déjame ocultarte
de una multitud frustrada
en el refugio de los acantilados
de un océano
descifrando los latidos duplicados 
de las mareas

volverás al inicio
envuelta en el misterio del eclipse 
exorcizando las voces
de los que te murmuran
cuando abrazas a la vida
con tus sueños intactos



XXI

Nunca compartimos los mismos ideales
y mi memoria llora el luto en tres actos
negando la sintaxis a los espectadores

han puesto precio a mi cabeza 
los bufones del circo
e intento llegar a mi destino
antes de la hora
para no tener que comprar
el amor en rebajas

y procuro hospedarme en los teatros
porque en la ficción
nunca duele la muerte




XXII

Me he acostumbrado al ruido de los aviones
quizá para que el mundo no me parezca tan vacío 
o tal vez me tranquiliza
que pueden ayudarme en caso de necesidad
a cambiar de lugar la rutina

ayer las nubes ocultaban el cielo 
y agradecí que acompañasen mi huída  




XXIII

Amor y muerte
palabras que siempre
terminan por fundirse

decidimos 
alejarlas de nosotros
tacharlas del diccionario
sin que nos importaran

no sé cuál de los dos
escapó con otro amante
sin dar el pésame

fatalmente se abrazan 
dos palabras
amor y muerte




XXIV

He vuelto por unas horas
a la que jamás fue mi niñez 
a los años en que se ausentaban los pájaros
en el cielo nublado de todas las mañanas
sin encontrar el lugar secreto
en el que nos escondían los juguetes

un día dos niños se besaron 
ignorando por qué el instinto
les empujó a ocultarse
en el nido abandonado de los gorriones




XXV

Estuve de paso por Córdoba
y me acerqué al edificio que han levantado
donde antes estaba nuestra casa
con el patio de naranjos
en el que los viejos se empleaban
descontando las horas

desde algún lugar de la memoria
me llegó el eco de tus palabras  

¿te acuerdas, madre?




XXVI

Apenas es un niño y le obligan
a ser hombre contra su voluntad 
y a trabajar encadenado al asombro

puede que gaste honradamente la vida 
y que la fe le haga olvidar las preguntas
cuando tenga que comprar a plazos la miseria

no es casualidad que le enseñaran a rezar
desde la infancia
y mire con envejecidos ojos al espejo




XXVII

Miro la hora escrita en el sexo
de la noche
y aún es el día de ayer
que se muestra inoportuno
manchando a destiempo 
la infidelidad de las caricias
mañana se borrarán las cicatrices 
traicionando
las promesas imprudentes de la cita
o la ilegal presunción de la inocencia




XXVIII

Si supiera mi amor descubrirte
aunque fuera en invierno

viviría la póstuma estación de las lluvias 
evitando que me ahogara la muerte




XXIX

Hasta ayer existías bajo el llanto
que te oculta del afilado contorno de la luna
girando tu rostro hacia un eclipse de nubes
o desnudando palabras para despertarme

hoy me dices adiós para abrazar al silencio
¿quién me hablará con tu voz?



XXX

TRAVESTIDO  
                           
En el ceremonial íntimo del solitario
las lágrimas se confunden con la cobardía
es un proscrito por la realidad de lo distinto 
maquillaje que juzga la sociedad
de irreverente

ya en la calle cruza la frontera
misántropo en sus sentimientos de mujer
y la noche le sorprende 
saldando su deuda con la naturaleza

allí donde nadie conoce su secreto
le han visto del brazo del mendigo
sufriendo por amor 
en la prisa de las horas
mordiéndose el deseo
en la esquina del coraje
aprendiendo a convivir
en los sueños con las brasas 

hoy se siente el protagonista de su vida
encerrada en el baúl de la infancia tantos años
y en la acera del placer prohibido 
comparte con las putas  
la desgarrada melodía de un blues
que estalla en el silencio
de un destino encadenado
a la ambigüedad maldita de su sexo



XXXI

A veces me despierto angustiado
con el temor de que el sol no aparezca
y la noche perpetua me devuelva
al origen del universo
cuando según nos han enseñado
no existía el ser humano

solo me consuela pensar
que aún no se habrían inventado
las armas ni las guerras



XXXII

Hay lugares en los que siento
el deseo de disfrazarme
caminar entre los enemigos
la apariencia que me piden
con el camuflaje
que desahucia a la sinceridad

creí haber desterrado los fingimientos 
y que no viviría más
la ocasión aborrecible de parecer
borrando de mi rostro
la mueca indolora del adúltero



XXXIII

No puedo convencer a quien no me conoce
aunque debo estar agradecido
de saber aparentar en momentos puntuales
y reservarme mi verdad 
sin desnudar los pensamientos
con el siempre fugaz e inconsistente 
resplandor de los axiomas  




XXXIV

Quiero resucitar tu desnudo prenatal
en la espuma de un mar extraño
abrazado a las mareas para no lastimarte

y las olas me niegan el pasado
borrando tus pisadas de todas las orillas



XXXV

Quiso quedarse a solas con sus miedos
exclaustrado de la realidad
y como era un hombre 
la sociedad le afeó la conducta

¿que hará desde ahora con las lágrimas?

es posible que finja 
la euforia pasajera de los héroes
consciente de que su propia vida
ha concluido




XXXVI

Es inútil que indague en tus ojos 
el amor oxidado en las lágrimas
mientras bebo el vinagre de un beso

no debemos prolongar el naufragio
o disimular un paisaje de vientos
para plantar en el yeso las raíces





XXXVII

Nunca podré sembrar un millón
de árboles en las nubes
que proyecten su sombra 
en los caminos de la lluvia
pero puedo recorrer las ciudades destruidas
contemplando las vidas que se apagan
en la tierra de nadie

el universo es ajeno 
al ir y venir de las catástrofes
y sólo en la oscuridad se escucha
al silencio cuando habla





XXXVIII

Nunca sabremos qué hubiera ocurrido
si hubiésemos cambiado de ciudad
sin habernos desnudado

aunque agradezco
las fresas que me ofreciste
con sabor a amargura
y que fuera un domingo por la tarde
cuando tus ojos
me regalaron ese momento irrepetible
perdonando mi engaño


XXXIX

Aquel hombre prefirió desandar el camino
regresar de los remordimientos
para cruzarse contigo en la calle
sin esperar a después de la muerte

y sentirse otra vez forastero en tu vida
pero negándose la posibilidad 
de traicionar a sus convicciones



XL

Me han hablado hoy de ti
de tu arraigo en el pueblo de Asturias
donde conocimos 
a aquellos ancianos pescadores

siento haber olvidado
por primera vez tu cumpleaños
al mirar las rosas
que se estropearon sin cortártelas
o aquel viaje que planeamos
a la casa del lago
cuando deseábamos 
que nos quedaran todos los inviernos



XLI

El verso es ahora totalmente libre
asimétrico
in ortográfico
lo puedes escribir
en una servilleta de papel 
o en el espacio que desocupa
el anuncio de Coca-Cola
en una revista

hay quien saca las letras de las palabras 
con las comas y puntos
las guarda
para dibujar alas





XLII

A la multitud no le concierne 
el lugar de mi nacimiento
y me tomarían por loco
si les gritara mis problemas
me asomo con curiosidad a la ventana
para asegurarme que todo es pasividad 
e indiferencia 
como lo era ayer 
y lo será mientras no admitan
que aún les puede brotar 
una nueva voz de sus cenizas

llega tarde a su cita
la rebeldía con la conciencia
y puede ser que no se produzca nunca
el instante culminante
el momento irrepetible
en que se muestre en toda su magnitud el valor
o la frágil desnudez
que se burla de lo establecido

no hay otra realidad 
cuando permitimos que la corriente nos arrastre
hasta el tramo final de la existencia
en el que están prohibidos todos los antídotos




XLIII

Vuelve a nacer en mi
conmigo
compartamos los sueños
para resucitar
lo que ha muerto 

iníciame al amor
desnuda tus vivencias 
y descubriremos
nuevos caminos en el tiempo  




XLIV

Me cuesta creer
que he desperdiciado tantas oportunidades
o que haya llegado siempre tarde
y mis únicas lágrimas
las depositara en mis ojos la lluvia 

es previsible que nadie me acompañe
el día que me cite la muerte   




XLV

Estás a mi lado
disimulando la agonía
sin tratar de conocer
la verdad de los indicios
ignorando que intento ocultar
el perfume de la cólera
y que huyo de todos los naufragios 
buceando en el veneno

solo compartes la herrumbre que sepulta
la pertinaz desobediencia a las promesas
o la memoria que oscila
con las ráfagas del tiempo
incriminada en la culpa perecedera
del agnóstico

más que nunca tengo la convicción
de que es inútil el sacrificio de los héroes  





XLVI

A la difusa luz que habita
la penumbra del cabaré
el temblor de sus irritados ojos 
se detiene en un cuerpo ceñido
en seda transparente

niega al corazón el disfrute
de la pasión que le es ajena
consciente de recaer 
en el inevitable desenlace
hostil e incrédulo
del amor que se alquila 
en la impostura de otra madrugada

arrastra su indolencia 
que asesina cada noche 
transitando la ciudad hueca de los años
malestar contraído   
en eternas veladas 
refugiado en el alcohol 

de la vida apenas espera
unas palabras compradas
o la sonrisa mercenaria de una máscara

en algún instante de la velada
por enésima vez un desconocido
hará sonar en el viejo tocadiscos
el negro blues de la incomunicación 




XLVII

Acudí a tu cita sin rostro ni nombre
escondiéndome sin poder ser nadie
vestía un traje del color de las sombras
para no dejar el rastro de mi amor en tu entorno

hicimos el amor ocultándonos
con la puerta entreabierta 
dispuesta para una huída tan probable

aún dormías cuando salí de tu casa
de madrugada y me alejé
apartando la niebla con mis manos vacías





XLVIII

Tal vez crees que pueda existir el paraíso
y llegar a tocarlo brevemente con las manos
pero solo a la primavera
le nacen hojas en los árboles 
sin proponérselo

ahora sabes que la vida se nos escapa 
cuando la amarramos al viento 
y que en una misma fotografía 
no caben todos los paisajes que nos gustan



XLIX

Anoche soñé que me habían puesto en venta
ofreciéndome a la gente que con naturalidad
me observaba detrás de la luna de un escaparate
mostrándoles mi precio en una etiqueta

ahora dudo si fue realmente un sueño




L

No te he visto tan feliz desde ese día
en el que el vino quiso encenderte las mejillas
y acudías impaciente
a nuestro primer encuentro con el sexo
silbando con tus labios la canción del aire

pudo la prisa del tiempo envejecerte
escondiendo los años
hasta volver a encontrar en el ocaso
la inocente fragilidad de aquel instante






LI

Ámame desnuda para sentirte
en el lado más benevolente de tu amor 
acariciando tus pechos y jugando
con olas gigantes que solo imaginamos
porque nunca las hemos mirado de frente

puedo creer que has renunciado 
a repetir conmigo otros otoños
aunque no entiendo que sigas deshojándote 





LII

Deseo algún día no necesitarte
y que tu abandono sea tierra húmeda
en mi caminar descalzo
por la ciudad de piedra

la incapacidad del presente
execrable coartada de la memoria
en el rechazo del deseo insatisfecho
extermina lentamente las horas 
tallando arrugas de vejez anticipada 
y acapara la inútil singladura del insomnio



LIII

Asfixiada en la rutina
has calcinado el tiempo de tu vida sin usarlo
pasando por los días
marcados con sangre en tu destino
sin concretar el alfabeto
con palabras de amor que te prohibías

alergia suspendida en los poros
de tu piel vestida de desconfianza



LIV

Has debido imaginarte mi locura
por haber dedicado estos años a imitarme
fingiendo la muerte en una habitación anónima
de la ciudad en la que sobreviven los resucitados

elegí no estar contigo negando tus citas
y aprender a escribir de otro modo nuestro libro
desmemoriando del pasado tus engaños 



LV

Busco en tus palabras volver al silencio 
para subir el último tramo de escalera 
envejecer sin prisas
descosiendo de las horas circulares el agobio

y alejar las voces del suicidio
que alimentan en los sueños mi pesadumbre





LVI

Tu alma es cuanto deseo
y tu amor

tu amor es vida
soplo eterno

no es de materia tu corazón
es sentimiento

el vacío
tal vez fábula

efímero es tu cuerpo         





LVII

Muere la tierra quemada 
bajo el asfalto que niega
el latido de los árboles
buscando el agua secreta del invierno
en la ciudad que suplanta
de cemento a la naturaleza

la niebla es humo de automóviles
y la lluvia golpea los espejos de cristal
que abrazan a las oficinas

han repoblado las calles de videocámaras 
huecos ojos digitales que espían
la soledad desplomada de la multitud
y la inclemencia de la cotidianeidad
se desvela morbosa
desde la caverna irreverente de los patriotas

los ciudadanos solo son un código
náufragos que regresan a sus jaulas
en impersonales ascensores

en la memoria silenciosa de la noche
las sirenas de la policía
perturban la frágil intimidad de los sueños 




LVIII

Nos lanzamos al vacío maldiciendo el conformismo
en un alarde de libertad irreverente
es verano y la vida se nos antoja inexorable 
con un amor poco más o menos enterrado 

mezclamos con el sexo
palabras carentes de significado
justo en una época marcada
por atisbos de resentimientos
nada de nostalgia ni de sinceridad
apenas los rescoldos de un pasado derrumbado

obscenamente nos arrojamos en brazos del instinto
de un delirio obviamente pasajero
fingiendo los gemidos que cortejan al sexo

tiempo de pesadumbre sujeto
a la alucinación en que vivimos




LIX

He regresado a nuestra ciudad desierta
a las calles despobladas 
en la que sólo sobreviven
el silencio y los insectos
dime
para qué gritar si no puedes ya oírme

recuerdo aquellos tiempos 
la gente en sus asuntos 
malgastando las horas
y fingiendo que viven
dime
para qué llorar si todo es inútil

esta noche te imagino
reflejada en la luna de entonces 
herida de sueños
dime
para qué sufrir si no puedo tenerte

sólo queda un suburbio de sal
con viviendas teñidas de nácar
por las olas de un mar que no existe  
dime
si ya no me amas
para qué sigue en alerta la muerte




LX


INSUMISOS

La multitud se asoma a la memoria
sintiéndose apremiada por el tiempo
y periódicamente hace balance
de las botellas vacías de cerveza

ajena a la mediocridad
la ilegalidad convoca en las entrañas de la noche
a presuntos delincuentes 
investidos de una dignidad no impuesta 
que en clandestinidad comparten
la fruta prohibida de su libertad   
sorteando el espíritu alienante de las leyes






LXI  

Esta noche
fundidos en un único ser 
y ajenos a la gente
hablamos
soñamos e hicimos el amor
sin el permiso de nadie 
   
mañana sentiremos
estar enamorados
y tal vez para siempre
nos arrepintamos al separarnos
en no tener el coraje
de reconocerlo





LXII

En el lienzo se encienden los colores
y cuando pinto estás en mi pensamiento 

hoy me excitan incluso el blanco y el negro
que brotan de la mano
que un día esbozó caricias en tu cuerpo




LXIII

Con dieciocho años es un soldado moribundo
al que es probable le imponga una medalla
aquel individuo que le hablaba de la patria

quedan desprotegidas las conciencias
cuando el sonido de las ametralladoras
ahoga el leve rumor de las protestas
y la sinrazón investida de legalidad
certifica el desdichado oficio de las guerras

otra madre llorará el honor del hijo
sobre un ataúd envuelto en la bandera







LXIV

Una mujer me habló de su amor
en aquellos días en que me asfixiaba
la desgana
y me ofreció compartir 
su sueño irrealizado
o tal vez su utopía más hermosa

por un instante medité una respuesta
pero a mis palabras las apagó el silencio
y se me hizo tarde
sin que la necesidad me lo advirtiera

ella volvió sobre sus pasos
a deambular las noches que tan bien conocía
mantuve distraída la mirada
mientras se alejaba estrenando otra desdicha
o acaso era el dolor que de nuevo la abrazaba
contra su cuerpo congelado

tan lejano aquel episodio en mi memoria
sigo caminando con obstinación la cobardía





LXV

He tenido que aprender más de un oficio
para rebasar ciertos límites
y no cimentar mi vida en un invernadero

entro sin llamar
a las casas sin puerta de los peregrinos
y me siento en el suelo a compartir palabras
sin aceptar las sugerentes ofertas 
de los mercaderes

es difícil imaginarlo a la vez que rechazo
los esporádicos ataques de la melancolía    





LXVI

Siempre ha sido un hombre solitario
que amarra su sonrisa 
al primer café de la mañana
negándose a saciar su sed con las palabras
pero sin duda es un hombre de bien
que paga puntualmente los impuestos

los que dicen conocerle
descubren su perfil de visionario
pretextando solemnes ocasiones
en las que rehuyó
abrazar a la seducción en un prostíbulo 

ingenuo de la noche
atesora sueños
confidencias
malgastando el silencio
en la desprevenida trastienda del delirio
o maldiciendo los conjuros de sus dioses

nuestro hombre se siente satisfecho
de poder dialogar en exclusiva con la muerte




LXVII

Me prometes un legado de horas de vigilia
en el lugar en que has abandonado tus libros de poemas 
como si quisieras martirizarme con tu despropósito

a menudo me sobresalto al imaginar
en el transcurso de la noche
el sonido tan familiar al abrirse la puerta del garaje
y mi mente se adormece hasta el amanecer
detenida en los ecos dolientes de tu ausencia

es posible todavía percibir
al deseo que ladra su música en un descampado
acallando gemidos embusteros en la incertidumbre
o fingiendo el desamor
con besos manchados de un veneno impreciso

implacable aparece el rencor en la hora de la cita
donde unas lágrimas brotan
para acallar en vano al sentimiento




LXVIII

No debes ahora recordar
el pasado que compartimos
a destiempo

has conocido a otro hombre
y me dices te posee
una pasión insólita
que no te reconoces

escúchame
no puedes apagar el sol

además es mediodía





LXIX

No olvides que surgirán las preguntas
golpeando cada día en tus sentidos
te plantearás mil veces desandar los recuerdos
ausentarte del reciente pasado
o renegar de nuestra relación

la memoria es a veces un espejo inclemente
que se jacta en mostrarte como eres

y sabrás que ya no hay nadie que te entiende




LXX

He recuperado mi libertad

repito estas palabras
y no tengo ningún proyecto
porque el camino de piedras
que me llevaba a tu lado
ya no existe

han brotado las hierbas
entre esas mismas piedras y tú
te has cansado de esperar





LXXI

Debo mantener la mente fría
más allá de lo indescifrable
que puedo encontrar al otro lado de la puerta
hasta es posible que mis pasos
sigan recorriendo el círculo
pintado sobre la piedra gris de las penumbras

es hora de penetrar en el último laberinto
apartar con mis manos en la oscuridad
las telarañas colgadas en el mármol
buscar la habitación
en la que alguien que aún no conozco
interpreta al piano desconocidas partituras

dentro de la caja
en que se ofrece a la felicidad como un regalo
puedo guardar la hora de la angustia
en ampollas de cristal con dinamita 




LXXII

¿A quién amo desde ahora si ya no me dejas inventarte?

me alimento de pensamientos disipados
para imaginar que aún sigo de huésped en tu vida
aferrado a hojas caducas de un árbol
de principios de octubre
ignorando la savia que tiñe en rojo al otoño

me abrazo a los recuerdos sin pretenderlo
a las sombras que se funden para traer la noche
esperando al destino que me vendiste escrito de antemano
o resbalando en el hielo de tus imprevisibles palabras

no me reconozco
perdido en un sentimiento que inspira nostalgia
desorientado por la desnudez 
con la que intentas vestir el pasado
y fingir que me ausento desplomando al desánimo 

el tiempo ha escrito contra mi voluntad
un testamento de escogidos despropósitos




LXXIII

Al oscurecer 
se pierde estérilmente
la belleza de todos los paisajes
porque nadie sabe retenerla
entre sus manos

solo la sensibilidad 
de ciertos ojos fotografía
con sales de cinc en la memoria
los rescoldos




LXXIV 

Dormías envuelta
en el silencio de otra noche
soñé en tu sueño
y sentí el latir acelerado
de mi corazón 

en ese instante se detuvo el reloj
para no marcar el tiempo
tan absurdo
que pasamos alejados




LXXV

Hoy bajaste las persianas de tu casa
como cada día
aunque sabes que en la calle
el sol luce con fuerza

en algún momento alguien
te empujará
a abrir las ventanas para siempre
y la luz hará crecer las plantas
saldrás a la calle
para que el sol abrase tus sueños

y te ilumine




LXXVI

Sabes que hace siglos ya no nos hablamos
aunque sigamos día a día arrojándonos palabras
escenificando la condena cierta a soportarnos 
sin ser capaces de colocar en nuestro lugar estatuas

nos queda tan solo conocer el último secreto
cual de los dos leerá el discurso en el funeral del otro




LXXVII

No pude preguntarte sobre ti
porque nunca estabas a mi lado
cuando mirábamos la nieve
en aquellas tardes de conciertos
en Salzburgo

ahora que pasamos juntos
todos los veranos
deduzco que jamás llegaré a conocerte 





LXXVIII

Ambos sabemos que nos separa
la distancia inaccesible de un naufragio
o las imaginarias coordenadas que trazamos 
sobre la incierta superficie del mar

me reconozco en la impaciencia
de todos los amantes
pero a la vez
en la imposible concreción de un nuevo abrazo 
que plagie la aparente felicidad de los enamorados

y reniego de la inútil vocación de solitario




LXXIX

Te desnudaste del vestido de fiesta
suplicando a la lluvia que mojara tu cuerpo
sin hurtar a las nubes el color de ceniza
que pintaba de gris aquel pantano de cieno

y decidiste borrar de la piel de tu sexo
el detestable tatuaje con mi nombre 




LXXX

Extraño es el camino del Arte
que regala a los elegidos
toda una vida de incógnito

y pasar a la posteridad
transitando el exilio 
de todas las presunciones 





LXXXI

Verano
aún no llueve

bésame
y no temas
que nos separemos

invierno
pasan sobre mí
nubes negras

 ya no estás conmigo

silencio






LXXXII

Cada cosa ocupa ahora su lugar
y puedo sentirme satisfecho
ha amanecido con el cielo plomizo
y es probable 
que deba tomar precauciones por la lluvia

por vez primera en muchos años
no compraré el diario
ni tomaré el primer café del día contigo 
hasta me planteo para mañana
levantarme al alba
y correr unos minutos por el parque

regresé a nuestra casa anoche
inusualmente pronto 
y leí hasta la hora de cenar
mientras sonaba en el compact
una ópera de Tchaikovski 
creo que Eugéne Oneguin

sólo al irme a dormir advertí
en que era la primera noche
de los últimos doce o trece años
que no pasábamos juntos




LXXXIII

Imagino tu voz en el silencio de mis noches
el vacío de tu cuerpo en el lecho de mi rabia
a mis manos dibujándote caricias en el aire
y a mis besos que encuentran a tus labios ausentes

espero estés buscando la libertad 
el lejano lugar en que serás tú misma
a salvo de las obsesiones
que te han dejado al borde de la depresión







LXXXIV

EL AMOR


He recelado de tu existencia
en las tardes de lluvia ausentes de caricias
y sentí la imposibilidad de conocerte
en el recinto helado de un prostíbulo

intenté una vez imaginarte
en la herida de un beso transeúnte
en la luz extinguida de los sentimientos
y en la húmeda caverna de las lágrimas

en la hora siempre tan inoportuna de la niebla
o en la calle deshabitada del deseo
sólo consigo rozar con mis dedos 
la piel de tu rostro inexpresivo
  
y te busqué para justificar mi culpa
en la breve escapada a la infidelidad
abrazando con ansia esos instantes
que ahora se me antojan irreales 






LXXXV

El espectador involucrado en un crimen
perpetrado accidentalmente en su presencia
se derrumbó con el leve indicio de la sospecha
habitando la razón oculta de los asesinos
y el interrogatorio descubrió en sus ojos 
el miedo que paraliza el ánimo 

la autodestrucción selló en silencio
un ilícito pacto con la culpabilidad

en el inhabitable laberinto de la cárcel
el tiempo detenido
improvisa el relato novelado de la víctima
y la pena de muerte reveló 
las bajas pasiones de respetables ciudadanos

hoy sabe que la culpabilidad o la inocencia
son meros aparejos de la subjetividad de la justicia






LXXXVI

Para amarnos no nos importó
lastimar a otros o soportar 
el ladrido obstinado de los perros 
abandonando sobre la hierba
los remordimientos

y acabamos devorándonos mutuamente
cuando apenas habíamos agotado
nuestra primera estación 





LXXXVII

En la sepultura no se celebra el amanecer
cuando el cuerpo presagia el rastro del polvo
y el exilio del mar para toda la eternidad
no impide a la humedad su permanencia

en el camposanto comienza a llover
y no llora nadie alrededor de las tumbas 

pediré en mi testamento ser incinerado
y que me muden en ceniza de inmediato






LXXXVIII

No debo permanecer un día más en la fragilidad
y ni siquiera recuerdo de qué huía
cuando acepté implicarme en este desorden
o sentarme a tomar el sol con los ancianos

una mujer me cerró la puerta de su casa
sin querer escucharme
y me siento capaz de recomponer en otro lugar
las piezas desgastadas del rompecabezas




LXXXIX

Te has dejado arrastrar al inaccesible territorio 
en el que piensas borrar de tu lenguaje
la palabra maldita del amor
pisando las lágrimas de rotas promesas
óxido de la evocación en el abismo del ahora

niegas al presente la salvación
hurgando en el barro de tu memoria
con la mirada perdida hacia la frontera irreal
en la que se descompone el tiempo
y libras en tu interior una guerra sin sentido
abrazada a la imprudencia
jugando a la ruleta rusa con la muerte

prefieres  entregarte al frío de la noche
esperando que cambie al rojo
el semáforo de un sueño
frágil en la debilidad 
de un desmayo inesperado

cada paso te enreda a tu sombra en el espejo
sintiendo las horas del insomnio
perdidas entre el humo asfixiante de los automóviles 




XC

Dejo de creerme necesario para nadie
y desisto de tejer una urdimbre simulada
no deseo el amor bendecido en una catacumba
o que se depositen mis caricias
en un cuerpo frío que realquila los rostros

abandono la ciudad donde nunca he vivido
acaso mutilando la esperanza en mi memoria 
después de desalojar del último reducto a los afectos 
ingenuo pese a lo evidente  
con la boca cerrada a las adivinanzas

aferrado a los hilos de agua de la nieve    
intento convencerme 
de que sólo existes en mis sueños




XCI

La noche llega despacio
a la hora en que se sientan a la mesa vacía
los nuevos inquilinos de los suburbios
con la muerte comprada a plazos
en la perversa realidad
que ha roto el sueño de la tierra prometida

mueve el viento las cortinas
que nunca han existido en esa casa

fue inútil el viaje a través de algún desierto 
o resistir la embestida de las olas
polizón en los relámpagos de un barco
anclado en un lugar perdido en la memoria

desde la acera una farola ilumina la habitación
hiriendo con levedad las sombras

de madrugada
es posible que alguien les contrate su trabajo
y comprarán en el supermercado
lo imprescindible para engañar al hambre
o tal vez sería una buena idea
dejarse apresar sin resistencia
para poder sobrevivir
a expensas de los contribuyentes




XCII

Me has dejado una breve nota
sobre la mesa del comedor y deduzco 
que es real lo que sólo presentía

hemos bebido las últimas gotas de la pasión
a sabiendas de que había cumplido nuestro tiempo
proscrito el amor desde siempre
en el contradictorio pacto de dos irresponsables 

volveremos a repetir
otras historias sin palabras engolfadas de egoísmo
ignorando la felicidad que nos seduzca
posiblemente a plazos

y será todo lo previsto o diseñado
cuando otro amante nos recite en un futuro
la vieja letanía del abandono




XCIII       
                         
                                        A María Martín Blanco

Antes de conocerte
tú ya eras
sentimiento y mística         
forjada en el conocimiento hinduista

sinfonía de cisne
avanzando por el lago de un sueño

al conocernos 
me abriste a tus emociones
tu mas escondida e íntima puerta
privilegio de acceso a tu alma
que en mi torpeza
no encuentro





XCIV

                                       A Sandra Delgado

Viviste una niñez extraña
pero en cambio tuya
con días de innecesario dolor
y el amor cercano de tu madre
siempre

has elegido vivir
a pesar de tus circunstancias
hasta es posible
que llegues a ser 
buena actriz

¿qué eres hoy?
¿qué serás mañana?

acabarás forjada en hierro
nunca hojalata de miedos tan endeble
sé como quieres ser
sé libre

y no te arrepientas 
de derramar tus lágrimas
sólo son agua
nunca alma





XCV

Cuando hubo amor entre nosotros
nos dirigíamos a la intimidad
prevenidos a compartir el sufrimiento
en un combate innecesario de egos
itinerario imposible a la felicidad

fue preciso descubrir el atajo
que transcurre por el placer
y olvidar a este lado del horizonte
los cíclicos latidos de la fiebre





XCVI

Han sembrado mi entorno de embustes
que me impiden oír 
el murmullo de las oraciones
y escondo la locura 
no mirando a los ojos del prójimo

encontrar un sitio a mi gusto
sin traspasar la línea
tras la que sobreviven los doblegados 
es la última oportunidad






XCVII

Amo a una mujer y mi existencia
se prolonga en un vuelo ingrávido
alma cuerpo y maternidad
mas al amor no le reconocería si faltara el deseo
la pasión
o el misterio que se esconde en un abrazo

renuncio a quedarme atrapado
en el borde impalpable de la espuma
sin unir espíritu y materia

porque la vida nace de amor y sexo






XCVIII

Miro el árbol libre 
al que me abrazo con el viento
y escapo del bosque en el que viven
los dioses que manchan con sangre
al crepúsculo

no ha oscurecido 
y siento haber perdido otro día
sobreviviendo al desgaste de un amor imperfecto
en el que no ocurre nada

una persistente migraña
me recuerda mi biografía 
llena de hojas en blanco



IC

Me niego a recorrer itinerarios casi inaccesibles  
o volver al punto de partida sin comprometerme

a qué buscar la compañía para caer sofocado
en el pozo de agua dulce 
que se seca todos los veranos
o ser como un pájaro apresado
anidando en su jaula

dejé Andalucía hace medio siglo
y sé que el sacrificio ha sido inútil



C

Era el último secreto y lo olvidé en una habitación
de la casa vacía el día que hicimos la mudanza
te mentiría si afirmara que lo he llevado conmigo
todas las veces que no te has atrevido a preguntarme

ahora que tratas de separar nuestras vidas
debes saber que te he sido infiel con la memoria





CI

Este es un buen lugar para quedarse
para mirar al amor desde el amor
haciendo confesiones en silencio
y tener muy claro el objetivo 
de no apagar el sol a medianoche

atrás quedó una larga incertidumbre
pensar desde la piel de nuestros cuerpos
sin derramar una pequeña gota de agonía
hacer con los pedazos un presagio
conociendo la corta duración de los deseos 





CII

Éste no es nuestro sitio
ni aunque hagamos cola
nos dejarán 
mudarnos de los suburbios

aquí tienen ellos
sus ministerios y los museos
al lado del palacio
del señor obispo





CIII

Cierro los ojos y siento a la poesía
en el vértigo que impregna el olor del perfume
en la respiración fatigada de los hospitales
en el tiempo congelado de la ciudad milenaria
en el amor que hace más breve a la eternidad
en el silencio de tu boca tanto tiempo cerrada

me fortalece pensar que ocurra lo que ocurra
ella siempre estará conmigo






CIV

La libertad es un oscuro vacío
en el árbol genealógico de lo conveniente
desterrada en el linaje de la realidad
accidental graffiti 
en el margen del libro apócrifo de la inteligencia
deambula por el tiempo
sin compartir ni la voz
con la legalidad del diccionario

negada por los errabundos de la verdad
es cómplice de la marginación
en el amputado aprendizaje de la sociedad

su silla permanece vacía
en el sótano olvidado de la razón
fortalecida por las caricias
que inventa con el roce del viento
aliada del silencio
en la puerta cerrada a la vida
cadena perpetua para el amor imaginado
cristal transparente que usurpa
la función inútil del espejo

pero mientras su sombra exista
anidará la ansiedad en los canallas




CV

Puedo hablarte del amor con palabras humildes
desde la espontaneidad de un sentimiento virgen
o el temblor que apunta indeciso a tus misterios

he recuperado mis impulsos 
y la soledad es un recuerdo abstracto
que abandona un paisaje destruido 
presiento nuestro futuro circular
deslizando por el lecho de un metal incandescente
que he logrado fundir con el hierro del pasado

dame tus manos e iniciemos el penúltimo viaje 
al lugar de los que nunca se dan por satisfechos
perdurable porvenir que muestra los letargos
y el brillo artificial de un mundo escaso de sentido






CVI

Tiene prisa la edad en mostrarme mi interior
expulsar al infinito el frágil placer de los sentidos
angustiado en la pereza de un futuro imperfecto 

los libros descansan en la mesa de la biblioteca
cuando los jóvenes que llenan las aulas
ignoran el eterno aprendizaje del conocimiento







CVII

Instantes antes de morir 
la última lucidez arranca el sopor a la agonía
cuando ya no exigimos la luz a un sol oscurecido
y al camino
que nos regrese al principio

se amontonan en la habitación nuestras cosas
con la impaciencia de no haber hecho el equipaje
y un soplo de plenitud nos hace humanos
en la realidad del último despertar




CVIII

Tengo la certeza de no haberte conocido
evocando los paisajes de todos mis caminos
y me ocupa los sentidos la impaciencia
al sentirme mojado por las últimas lluvias

me detengo a contemplar el ir y venir de las mareas
sabiéndote al otro lado del océano
y sueño con el momento irrealizable del encuentro





CIX

El deseo se pudre en los labios
de una boca que nunca ha besado
mojando escalofríos con sabor a naranja

precede la taquicardia al imaginado abrazo
arrancando el velo de un luto innecesario
mientras crecen los maullidos de los gatos en celo
esperando una voz al otro lado del teléfono

esta tarde ha llegado de improviso la oscuridad  
y la mujer mece en sus brazos un muñeco de trapo
evitando mirarse en el espejo   







CX

Se construyen jardines para ocultar el vertedero
sumergiendo libros en las aguas infectadas del oasis
en el que a los jóvenes no les hablan de la Toráh

la madrugada se prolonga con los ojos vendados 
en un trayecto prohibido a la meditación
en el que nada se mueva en ausencia de viento 
y los no nacidos hereden una tierra inhabitable





CXI

Camina por inercia 
mezclado en un cortejo de cuerpos desnudos 
y desea oír el canto de las sirenas
descifrando pentagramas

le mira el aire desde una nube de hielo
que emerge de la estrella que madruga los viernes
atrayendo las mareas hasta su sexo





CXII

Has tomado la decisión 
de no fregarle los platos
y arrojar por el desagüe del fregadero
tu dolor

quizá estás dispuesta
a regresar a Londres
y enterrar tu pasado 
junto a todos los déficit 
e incluso a vestir 
con minifalda a la imprudencia

recuerda que él te eligió 
como un atrezzo más 
en el decorado de su vida




CXIII

Podemos comprender el llanto de un niño
al negarle inútilmente los juguetes
y ambos sabemos de la brevedad del relámpago
de la falsa hospitalidad de un cuarto de hotel
o de acabar de conocernos 
siempre que nos lo preguntan

me he tatuado tu nombre 
para que cuando vengas a mí
no me rechaces como a un desconocido





CXIV

El incendio se propaga deprisa
en los egos heridos de muerte repentina
y amanecemos en un río de escombros
pasando totalmente inadvertidos 

huele a lluvia reciente de impermeables
de una humedad tan familiar como tu cuerpo
y me limito a mirar en silencio el eclipse
que ha de surgir difuso sobre el faro

apago el cigarrillo contra las rocas
y sé que no he abrasado nuestro tiempo



CXV

Observo tu cuerpo desnudo disfrazando el fracaso
eres una sombra perdida en la luz de mis fábulas
regresada de la hora más angustiosa del exilio

quiero recobrar a la mujer que enhebraba la vida al aire
a la que nadie reconoce ocultando el detritus del pasado

mañana aún no existe y puede ocurrir cualquier cosa






CXVI

No buscas la realidad en los ojos de nadie
ni frecuentas para conversar a los viejos conocidos 

has comprado racimos inmaduros para calmar el ansia
escuchando en los labios del lienzo canciones inéditas 
y nunca serás feliz sin poner un nombre
a lugares cercanos que has decidido no visitar

sobre un fondo de rojas arenas movedizas
quieres levantar los cimientos del suicidio






CXVII

Rechazo ser una clepsidra milenaria
tan sólo me siento un hombre horrorizado
huyendo del temblor que atenaza a las piedras
cuando lapidan rosas en un jardín de Oriente

sé que con esas mujeres han muerto poemas
palabras de amor despeñadas en la fosa
que ofrecen al fanatismo de mortaja

las condenaron a muerte 
sólo por amar lejos del matrimonio





CXVIII

Me resulta difícil descifrar tus garabatos
cuando pienso que me escribes 
sólo para desahogarte

paseo por la playa de las gaviotas
tratando de poner un poco
de orden en mi vida
sin sentir nostalgia 
de una intimidad imposible

es hermoso imaginar 
que pudiéramos vernos a solas
sin que nuestra fotografía 
sea portada en los periódicos




CXIX

No tengo claro que trates de salvar las apariencias
que quieras alcanzar por los atajos el divorcio
o que hayas descolgado mis pinturas de los muros de tu casa

hablamos en voz baja de complicadas situaciones 
y pasamos por alto las cosas sencillas que nos afectan

si ayer no hubieras rozado por casualidad mis labios
no estaríamos contemplando ahora el amanecer





CXX

Queda en algún lugar 
un pequeño campo de maíz
al que todavía no han llevado
a conocer la ciudad

es un campo verde oscuro 
que imita a la esmeralda
al que se accede bordeando
una colina de escombros
y de lavadoras electrocutadas
un sueño desubicado sin semáforos
que agradece la visita interesada 
de las golondrinas

no tardarán en destruirlo
los modernos buscadores de oro 
manejando la inmisericorde guadaña
de las constructoras




CXXI

Cuando se ganó a pulso la inmortalidad
el océano le ofreció una botella vacía
arrojándolo ebrio a una isla deshabitada
en la que conoció la maldición bíblica

buscó caminos que giraban a la izquierda 
suplicando de la eternidad el indulto 
o al menos la resurrección
moldeada en el barro que supura la muerte 




CXXII

Me gusta pensar en lo que me excita
sin implicarme en compromisos
subir peldaños de madera
desoyendo los crujidos
de la escalera desgastada

escondo a la sed mi dependencia
para dar largos tragos el día de mañana
e improvisar sin esfuerzo las mentiras





CXXIII

Nos espera la eternidad liberada de recelos
cuando el ojo del gran hermano
no pueda vigilarnos
y volverá a hervir la fábula en los labios 
en el lugar donde se reúnen
todos los amantes

podemos ser los elegidos
para escapar del milagro
y no tener que repetir besos furtivos
en los sótanos






CXXIV

Has cerrado tus ojos y apretado los labios
y te ovillas como una niña recién alumbrada
aunque tu rostro apesta a tristeza

puedo arrancar de tu pecho el hierro negro
hacer que tu cuerpo no muera
pero no es fácil sanar un corazón mordido

¿sabes? 
muerden los que hieren la amistad
y se llevan las palabras sin pagarlas





CXXV

Entre sedas ocultan 
los despojos de los ídolos
del lascivo acoso
de las ancianas sacerdotisas

porque murmuran
la cicatriz húmeda de tu virginidad 
peinas de negro el corazón encendido 
de tu frente
dime muchacha si tu vida 
es de espinas o caricias

sobrevives para dar 
un nuevo nombre a la farsa
y odias
que te juzguen cuando estás soñando





CXXVI

Me duele tu alma en blanco y negro sin matices
y escribir este poema que me inspiras
que te siembres a la tierra
para que sólo el viento te cimbre
o que rechaces nuestra complicidad
por los prejuicios

me duele tu amor ya intransitable
la presunción de la infidelidad 
y que elijas tu realidad sin utopías 





CXXVII

Aún sigo juntando palabras
y puedo ver arrugas en mi rostro
empiezo a inventarme los recuerdos
y debo plasmar mis pensamientos 
de inmediato

cada mañana antes de empezar a escribir
te ofrecía una rosa con el desayuno

de eso hace ya mucho tiempo




CXXVIII

Hablo con mis amigos
acerca de los genios
y pactamos 
en que todos tienen en común
que están muertos

su obra es ya historia 
e irónico
que sea precisamente ahora
cuando se les escuche    

no recuerdo quién opinó
que todos elegirían seguir vivos
si se lo propusieran





CXXIX

Me miro el rostro
en las aguas estancadas
aunque me niego
a verme reflejado en los espejos
imitando la ignorante sonrisa
de los soñadores 

deseo la volátil viveza
de mi imaginación     
que no llegue la oscuridad
cada tarde de domingo
y me abandonen ebrio
a la puerta de mi casa
oculto entre las hojas caídas
de los árboles 




CXXX

                                          A Bertolt Brecht


Llegó hasta mí aquel hombre
con cara de buena gente
y se ganó mi confianza

luego llegó el segundo
cargado de nobles sentimientos
y le abrí las puertas de mi casa

un día les hablé de injusticias
de que no vivimos realmente
en democracia
que amordazan a la libertad
de una forma
más o menos etérea

mientras me esposaban
después de enseñarme sus placas
retrocedí cuarenta años 
en mi memoria




CXXXI

No quiero parecer más tiempo
el hombre que no soy
aléjate antes de que te obligue
a no despedirte siquiera
o te vuelvas a sentir 
excitada por mis imperfecciones

debes olvidar a pesar 
de haber guardado en la maleta
algunas cuartillas que te gritarán
mis palabras
mientras no se borre la tinta
con tus lágrimas

oye mi voz irreconocible
en una falsa identidad
mis ojos apenas
pueden mantenerte la mirada 
e incluso en las próximas horas 
no sabrás reconocerme  

ahora aléjate
sólo aléjate






CXXXII

Tu amor se ha desgastado
y debo cuidarme para no resbalar                                                            
en la sombra descarnada de tus oraciones

no es una pausa más 
entre nuestros silencios
hoy quiero percibir el olor 
a humedad
sin pisar la superficie del agua 

sé que al otro lado
del viejo puente de piedra
me estará observando
una mujer desconocida





CXXXIII

Me ha confundido el sabor a manzana
y la tentación emprendió rumbo a poniente
antes de que la lluvia apagase las antorchas 

envejece el pasado en los recortes de prensa
y me parecen extrañas
las fotos amarillas de aquel tiempo

cuando el anciano alza los ojos del álbum
en el que colecciona gaviotas a pesar de su ceguera
deja a la intemperie los escasos hilos de memoria






CXXXIV

No tiene hogar y busca cada noche
la hospitalidad de un supermercado 
donde redacta cartas 
apoyado en el estante de las bebidas
escribiendo todo lo que se le ocurre

intenta resistir al sueño sin saberse protagonista
excéntrico en la pausa que cose los silencios
y piensa todavía ser un hombre con suerte  

es muy tarde y dudo que le importen
las conversaciones entrecortadas de los clientes





CXXXV

Demasiadas cicatrices ignoran mi sensibilidad
como si los nervios hubiesen abandonado mi cuerpo
hasta puedo volver a recorrer los lugares 
en los que siempre me he sentido vulnerable

puedo mirarte a la cara sin sentir vergüenza
y esperar en abril el regreso de las aves migratorias
imaginando el placer de mis conmociones




CXXXVI

Dos amantes desean amarrarse al tiempo
implorando una ráfaga de pasión renovada
que permita desterrar los monólogos
y emprender el regreso hacia la tierra prometida

en la última noche del sur estalló el relámpago  
que tizna al cansancio de olor a quemado 
inoculando en los cómplices la decepción




CXXXVII

Se apagan los lamentos de un hombre
cuando comprende lo inútil del llanto
consciente de que han llenado su cráneo de aserrín

su talla es ahora directamente proporcional
al color de las tarjetas de crédito
y a la mareante cilindrada del automóvil
pero no se librará del miedo
que ha ido creciendo en paralelo 
al individualismo





CXXXVIII

Ante una taza de café
suelo dar vueltas al pasado
donde yace mi fe despeñada
renegando de la infelicidad

se resquebraja el paraíso
dejando a la intemperie los límites
y sueño el pedestal del héroe
coronado con un laurel de plástico 

el tren ha vuelto a retrasarse
vuelvo a la realidad circular
al delirio cotidiano
y he de llegar pronto a la oficina  






CXXXIX

¿Eran necesarias palabras tan hirientes
para justificar tu desamor?

la herida es en este instante dulce
a pesar de que no olvido
tu frialdad al pronunciarlas
y me supongo insensible
desafecto
tal vez porque recorro inconsciente
sólo los bordes más benevolentes del recuerdo

imagino los estragos homicidas
en mis sueños
o la sangre que circula por mis venas
ignorando al pulso
escribiéndote sobre el aire
unos incomprensibles pensamientos
con las agujas de un tiempo concluido

también sé
que seguir amándote no es imposible
porque me repugna asesinar a la memoria
y que mi sangre al mismo tiempo se coagule

me niego a escribir en mi diario tus exequias 



CXL

Me aferré al inconformismo
consciente de devorar con prisas al futuro
que me mostraba su rostro tallado
en el falso marfil de los agradecidos

pretendí la complicidad de las sacerdotisas
que adoran a la ilegalidad 
bendecidas por los dioses
de una decadente religión
y no dejarme seducir 
por la helada desnudez de las estatuas





CXLI

Dan la mano a la soledad
compartiendo su desnudez con la noche
la gente es una sombra innecesaria
un obstáculo testarudo
a la individualidad
en su mudanza de almanaques

impacientes
se obsesionan en levantar rascacielos
en la nube sospechosa del mañana
espiando a la verdad
apostados en el espejismo de los indecisos

emulan estatuas de sal en el desierto de su ego
fugitivos a la cálida hospitalidad del amor 
con el que inevitablemente te tropiezas
mirando atrás solo el instante preciso
para borrar sus huellas

entierran al presente en el olvido
malogrando el atisbo de la culpa
navegan sin barco sorteando tempestades 
por el mar de las mentiras
extrañando a la memoria
al clandestino reducto de una vida repetida



CXLII

Existe el amor cuando dos seres se prolongan
estremecidos con el leve temblor de una caricia
y el aire se llena con el vuelo de los sueños
que pasan despojando a la realidad  

siento que amo cuando sorprendo 
tu respiración en lo inmóvil de la noche
o cuando llegas cansada   
y rehúsas las letras teñidas en carmín
de las palabras 

te sigo amando aún en la soledad del abandono
desalojado del rastro indeleble de tu vida
niego las exequias a las cenizas de tu ausencia  
en la certeza de que mi camino se confunde
entre tu amor y las mareas



CXLIII

La casa es un montón de escombros
de recuerdos devastados
¿dónde está la maqueta de esa vida 
que decidimos compartir un día?

hay preguntas que jamás responderemos
porque sólo se reflejan
en el rincón más escondido del retrato 
hasta el reloj se paraliza 
cansado de revelarnos
un tiempo inevitablemente prematuro

inhóspito reducto que aún nos pertenece
mostrando la evidente decadencia
de nuestra realidad
la inutilidad de los pretextos
convive con la memoria
de todas las batallas que libramos
para acabar ambos derrotados

la vida que dilapidamos
nos reclama en estos días el peaje




CXLIV

He perdido gran parte de mi lucidez de antaño
apenas alcanzo a mantener
mis convicciones intocables
la seducción se asienta
en los pliegues de la cognición
dañando mi voluntad ahora desgastada

erráticos días 
inseminados de urgencias reprobables
esquivando la placidez de previsibles eventos
delincuente ajeno 
a la violación desfigurada de la sensatez
huérfano de memoria
e inclemente con la dignidad 
que me ofrece sus contravenenos

la mirada se ausenta de la realidad 
cuando a la vida sólo le restan los despojos






CXLV

La fotografía de un desnudo  
concluye su itinerario clandestino
en el último pupitre náufrago del aula
mientras 
la complicidad brota en las sonrisas juveniles
inconscientes de coquetear con el pecado

el deseo aún confuso 
premonición de placeres ignorados 
se anuncia en las tinieblas de la siesta
compitiendo con el temor
en la conciencia inmadura del neófito

recuerdo este evento de mi vida años después
en la habitación desordenada 
de un hotel de tránsito al amor prohibido 
cuando el deseo aún insatisfecho
interrumpe la intimidad de mi memoria
y la proximidad de otro desnudo
jadea trasgresión en la moral inculcada con sangre
infame tormento de la voluntad en mi existencia

               


CXLVI

A deshora guardan las sábanas
la confidencialidad de una ausencia
de tu vacío
sólo se me permite cada noche perseguirte
a través de las alucinaciones
todo en vano
si te sigues proyectando 
en la zozobra del pasado

ya no amagas desde la oscuridad
tu sonrisa cautiva de crepúsculo
y tu protagonista vaguedad
al desvelar obstinadamente secretos 
de fugaces encuentros
en los que siempre tu alma estuvo ausente

el cansancio de otra noche 
se transforma en pesadillas que transitan al alba
es inútil el tiempo
que planea a traición sus caprichos







CXLVII
                                                                   A Verónica


Ante tu obstinado alejamiento 
el negro contorno del vacío
ciega de luz mis eternas noches de vigilia
silencio de palabras perdidas
luna invisible
tu alma hoy lejana

cada noche busco en las sombras un milagro
el momento en que una estrella
refleje tu sonrisa

y sólo me acompañan las nubes 
que condensan el agua de tus lágrimas
azotando dolorosamente
disfrazadas de lluvia 
mi ventana
                          
     


CXLVIII

Es absurdo hacer preguntas
cuando nadie se considera culpable
sabiendo del clandestino inmigrante
que burla a la muerte 
fraguado en el cemento gris de una patera

mientras callamos
las miradas se desvían del infame naufragio
la noche oscurece la memoria
de los cementerios marinos
ignorando al sobreviviente
que se inscribe en un vejatorio desafío
para vencer a la miseria

engañamos al oído
que desprecia los gritos encadenados
de la desesperación
ahogando los murmullos que se congelan
en el iceberg racista de la sangre
y transitamos confundidos las horas del miedo
abrazados a la vergüenza que nos es ajena

mientras en las catacumbas de la justicia
de muerte se condena a los cadáveres 



CXLIX

Equidistante de incertidumbres y certezas
posee la vanidad
de quién se sabe investido en la sabiduría del visionario
y suicida en la presunción
de creer no haberse nunca equivocado 

protagonista de un pacto con los dioses del Olimpo
a cambio de poderes inquilinos
que distraigan su codicia
enterrando la verdad intangible de la Historia
o numerando el vacío de los márgenes

enarbola banderas que no le pertenecen
desatando las pasiones con frases ensayadas
nunca consistentes argumentos
sólo sonidos lanzados a las vísceras
empapadas en la hiel de los nostálgicos




CL

Sin un motivo aparente distanciaste las visitas a mi casa
con frialdad meditada
hasta que un día al salir cerraste la puerta para siempre
sin despedirte 
y me han contado de tu viaje más allá de nuestras tardes

ahora los días inmovilizan mi tristeza
tus palabras nacerán en otra intimidad 
mientras disfrazo la soledad de espera

nuestro amor
se busca entre las sábanas húmedas del amanecer
y duerme cada noche bebiendo el veneno de los arrepentidos
quise que la distancia
desatendiera las leyes de la física
y abrieras tus ojos en el laberinto del recuerdo

pensarás que nada permanece vivo para siempre
que tus huellas desaparecerán confundidas en el tiempo

el olvido no pregunta
y siempre entra sin llamar en las conciencias




CLI

Bajo tierra yacen las palabras pronunciadas
y en su silencio se perpetúa
el dolor de su significado
   
callan los vocablos
que hablarían
de un amor en ese instante vivo  
aunque olvidado hoy 
la angustia que ciñe a tu pérdida
convierte en inútiles los atajos 
dónde el recuerdo 
eterniza el sabor amargo de las horas

no puedo quejarme por no haberte ilusionado
aunque me resta el derecho
a poseer tu recuerdo vivo 
pálpito inútil
en el paisaje vencido de mi cuerpo
que mezcla las emociones
con la evidencia del abandono



CLII

Cree en las pequeñas realidades cotidianas
y en que la Historia se gestó saturando cementerios
vacilante declamador de letanías
conversador circunspecto 
con suaves rasgos de nostálgico

prejuzga a la mujer actual de metafísica
misógino en la premura de aislados escarceos
amante de sí mismo 
impenitente bebedor en las liturgias
satisfecho de jugar con trampa al solitario

evoca la soledad como estandarte
no dice lo que piensa ni a sí mismo
haciendo responsable al destino de sus actos
su secreta vocación es cruzar calles vacías
y subir las escaleras ignorando los peldaños

nada se pregunta cuando la muchedumbre 
alarga sine die su letargo
imperturbable en la cómplice solidaridad del resignado




CLIII

Te he esperado 
sin tiempo para desnudar mi memoria
atajando la ilegalidad del recuerdo
aferrado a la verdad subjetiva de mi historia

la vida es una búsqueda constante
que la imaginación dilata mas allá de lo posible
cómplice incrédula de una felicidad
sólo imaginada
sólo presunta
apariencia que contraviene
la insensibilidad de ciertas normas

ahora espero en este hosco paisaje 
en el que se depositan los escombros
indefenso en tu apatía
caminando hacia un exilio
en el que no existen los sueños
investido en la pesadumbre de la culpa
vulnerable
en la imperecedera verdad de tus quimeras




CLIV

Me adentré en una muchedumbre
plagada de impostores
sabiéndome uno de ellos
y me impactaron
los ojos tristes e infelices 
de los resignados

se intuían las ráfagas del miedo
en los imprecisos movimientos
y la docilidad sonámbula
enquistada en la costumbre
conversos de una fe invisible y necesaria 
vacíos  
abducidos por credos infalibles
gregarios que anhelan
alcanzar un liderazgo inútil

no supe de su procedencia
apellidos o raza
pero hoy les debo el disfrutar
del transeúnte resplandor de los elegidos





CLV

Una tregua te imploro en el litigio
enmascarado con resplandor de lejanías
huellas disimuladas sin sentido
de una verdad detestable y nunca compartida

paisaje que aborrecen las miradas
sepultado allá donde termina
aferrado al tiempo 
que no cesa de saquear 
deslealmente nuestros plazos

puedo impedir el impreciso límite
de un olvido pactado en lo posible
sin avanzar por el borde del abismo
disputando con mi convicción tan evidente

en el mar el pecado se sumerge
sin necesidad de enterrarlo cada noche





CLVI

Con un salto al vacío
deseas pasar tu tiempo de repente
para nacer en otra vida

el vestigio de la evidencia 
se mezcla con el azul del cielo
que nunca conociste
ausencia de luz en tus ojos
empañados por las lágrimas
de un túnel cegado por la rabia

el desamor 
precipicio que separa nuestras vidas
y tu alma que agoniza en el estertor
de un espejismo 
te impregnan de infelicidad

mientras
solo repito palabras vacías e inútiles 
porque al fin has comprendido
el que yo
agnóstico o tal vez ateo
pretendo que te abraces a mi nada  




CLVII 

Se demanda estérilmente a la conciencia
de los que recurren a las guerras 
pretextando extender la libertad
y lanzan dardos de muerte
a la frágil esfera de cristal
de un planeta que navega a la deriva

ríos de sangre 
exaltan el instinto depredador de los patriotas
animales sedientos de victorias
lujuria que encubre cualquier atisbo de razón
en el abismo oscuro de sus mentes

la mentira transfigurada en verdad universal
bombardea sin descanso los cerebros
la razón de Estado
es la coartada de los visionarios
para sepultar a la justicia
cómplices de una ambición
contaminada en el artificio de la realidad

expoliando las vidas ajenas
consiguen ser los invitados de honor
en el festín diario de la muerte




CLVIII

Intento hablarte cada noche desde lejos
y ausente mi voz logres comprender
que las palabras son sólo una coartada
una forma de llenar los vacíos del miedo
o de la incertidumbre ante la nada

deseo no aferrarme a sueños sin sentido
vivir en el presente
sin codiciar un mañana frontera del abismo 
porque pienso que al soñar
me ausento sin remedio de tu vida

espero que siempre seamos tan auténticos
como lo fuimos esta tarde
en la que no hubo sueños ni palabras
a solas tú y yo
amándonos en silencio
                     



CLIX


Ha concluido la tregua que pactamos
y tu mensaje me llega deformado
porque no admites el error que se diluye
cuando transita el peso de tu lógica
la trama que proyectas conlleva mi incredulidad
la incertidumbre me traslada a la impotencia
y desearía si fuera posible
abrazarme a todo aquello
que me ayude a encontrar
la supervivencia en el desánimo

desechas la complicidad apuntada
en cotidianas confidencias
colindantes con la noche
tratas de fingir un desdén que desfigure
la ilegalidad de tus razones

¿qué despeñadero has elegido
para consumar el crimen de estos años?
¿qué insolencia quebró tus convicciones?

presiento tu silencio mezquino a mis interrogantes
devorando con prisa estos momentos
hasta que te alcance el futuro con urgencia 




CLX

Se aproxima a paso ligero la mentira
y se universaliza sin que sea preciso el grito
mientras los creyentes inyectan adrenalina
en las venas inflamadas de los escépticos

no es cierto que un desconocido
llore la felicidad que no le pertenece
que la verdad resplandezca con el paso del tiempo 
o que tras la muerte nos consuele
la imparcial justicia de los dioses

la mentira mancha
con sus tentáculos de irrealidad 
a un mundo extenuado
que sobrevive sepultado en fingimientos




CLXI

No es posible prolongar el milagro
o reservar el tiempo que naufraga
de la niñez perdida
que se recuerda a deshora con angustia
en el depósito de cadáveres

viven de sueños los bohemios primitivos
que se atraen por el enigma irredento de la carne
apelando al derecho de ser libres

solo prevalecen las fronteras
en la urbe invadida de refugios
donde los funcionarios asaltan a la intimidad 
exigiendo añejos documentos ilegibles

la marginación se expande en bolsas de desdicha
colgadas en los suburbios de la ciudad maldita
y la fantasía dolorosa
es necesidad pendiente de un deseo

en la infraciudad de los desheredados
se vive la angustia moribunda de los días






CLXII

Me traes tus manos 
arrancadas de la tierra
a través de la noche
del viento y del amor
manchadas por un mundo
endurecido y áspero
que derrama vino añejo
sobre las abejas

las tomo entre las mías 
y me moja el sudor frío
que intenta devolver la furia
de la sangre 
al corazón cien veces malherido
por las amargas impurezas
de la miel 




CLXIII

No te escribirán un epitafio sobre la tierra
hasta que vuelvas orgullosa del laberinto 
fatigando al caballo con paso de amazona
sin ensuciar el traje virgen de los ángeles

arrojan sobre tu homosexualidad las lanzas
damas fatigadas que besan el luto de la pólvora
ofendiendo al granito veteado de las lápidas




CLXIV

Te ofreces como una diosa hecha a mi medida
pero sabes que niego el amor a las estatuas 
y aún estás a tiempo de aprender el camino
hasta el mar Negro en el que se bañan los héroes

hablan de tu pacto de sangre con las brujas 
que han rebosado tu cuerpo de hermosura
a cambio de ser feliz un instante muy pequeño
mientras tu fragilidad alcanza la mudanza 




CLXV

Hemos enlazado nuestras manos 
para no coger el vaso de ginebra
y poder hablar antes de emborracharnos

cuentas que tus amores siempre han sido breves
porque acaban desgastándose a la intemperie
y que tus amantes la primera noche 
graban en tu piel las iniciales del fracaso 

oculto mi voz para no encenderte las promesas
pero es posible que por primera vez sobrevivas





CLXVI

Aléjate de todo menos de la felicidad
escapa con las migraciones de los pájaros
porque el viento nunca te hará daño
y disfruta la cita con las ensoñaciones 

cuando la juventud se vaya en secreto
no vuelvas por inercia al punto de partida
a ocultar las quemaduras del desamor y el frío
o escribirás tu biografía sobre el polvo




CLXVII

Tu alma a contraluz 
nunca comprendida
sola
no hay flores en el mundo
para nadie
salvo para los muertos

te recuerdo con las alas rotas
en el silencio de tus noches
para ti, sola
fuego que poco a poco se apaga
sin calentar un amor
ni a los sueños

tu alma libre
para ti
a solas 





CLXVIII

Hoy decidí crearte en mi imaginación
y empecé dibujando un rostro afilado y pálido
con la mirada verde vagamente perdida
pero los ojos te delatan palabra por palabra
que llegas ya cansada de conocer mi mundo

no vas a entenderlo pero quiero hablarte
aunque finjas ser una vieja fotografía 
que recuerda el perfil de todas mis amantes
y no deseo ser hospitalario ahora que envejezco
pero créeme que te he inventado por algo




CLXIX

El amor no muere sólo cambia de lugar
y he aprendido sin esfuerzo el oficio
de encender hogueras y quemarlo
antes de dejar abandonadas sus cenizas

en la huída voy llenando el mundo de tristeza
sumando corazones rotos colgados de las perchas
y cierro el armario que me entregó la luna
olvidándolo en una vida aparentemente seductora



CLXX

De nuevo quieres que vuelva a nacer
pero soy demasiado viejo
desde que escribiste mi primera aventura
y haberme asesinado resultaría más creíble 

para qué me reinventas
si permanezco inmóvil sin saber el argumento
mientras alzas la vista del ordenador 
pensando que la historia es demasiado aburrida 
para conseguir un segundo best-seller




CLXXI

Antes de que el tiempo sepultara la codicia
el pacto era de sangre y sacrificio
sin reconocer al amor en mis paisajes
indolente en el cobijo más riguroso de las sombras
¿dónde estabas desprovista de rostro y de ternura?

la edad me ha llevado a comprender
que no soy inmune a la pasión
a la mujer y al sentimiento
ahora existes y te escribo 
desde la realidad sin concesiones
salvado del desastre en el crepúsculo
e investido de una vanidad muy diferente

hoy que compartimos
sueño



CLXXII

Te has desnudado y el deseo
no penetra en mi cuerpo
cerrándome todos los caminos
que bajan a tu vientre
cuando intuyo que ha llegado
el momento del suicidio

perdí la voz
en el grito desesperado del aquelarre
negándole otras horas
a la bóveda de cristal de mi reloj
y te rechazo después de suplicarte
que me ames a escondidas 





CLXXIII

En el fondo sólo has inventado
una montaña de palabras incitantes
que hacen evaporarse con su magia 
los vestigios del agua 
y llegas a la noche de bodas 
con los cabellos desordenados

quizá consigas excitarme algún día
con tu olor a lluvia cuando hierves 
y es todo lo que necesito del aire
para pasear por el parque tus recuerdos






CLXXIV

Quiero que me expliques vagamente
como eres
porque nos hemos visto
siempre entre paréntesis
respirando el olor a barniz 
de los violines

y sólo me permites amarte
en la breve pausa de cada sinfonía





CLXXV

No hay nadie que te ofrezca amistad duradera
resuelta a vivir bajo la superficie turquesa del cristal
alimentándote de los pétalos salvajes del pan ácimo

ha llegado la hora y sacudes tus manos temblorosas
arañando al sollozo más allá del sollozo 
y expulsas al respirar el aire helado de tu corazón





CLXXVI

Allí están las banderas 
presumiendo de patria
y de libertad
en el aeropuerto
donde se exige pasaporte
para negarles la entrada
a los miserables 

en medio del mar
el inmigrante mira a las estrellas
y se desangra bajo un cielo insensible
contra su voluntad






CLXXVII

La multitud sobrevive impulsada por latidos de hojalata  
con las manos vacías y la mirada extraviada en el paisaje
liquidando las horas con urgencia

comparten la soledad con un diluvio de mutismos
o compran la derrota empaquetada en un destino agonizante

a veces se les distingue llorando en grupos
maldiciendo la realidad del ansiado paraíso 
quebrado el ánimo por el cieno de la angustia
náufragos por las quemaduras de un sol encallado
estremecidos por la nebulosa de un amor imaginado 

desearían volver al agrio sabor dulce
de la leche que mamaron en su infancia
y respirar de nuevo el aire fresco que inunda de sueños el futuro  






CLXXVIII

Ha llegado la hora
de destruir todos los relojes
y crear el mundo de nuevo
incluso sin usar el sol

habrá que reinventar la electricidad 
para saber que hemos agotado
los recursos naturales
e incluso de las tormentas caerán
rayos helados
que nos impedirán imaginar el fuego

estamos desnudos y los últimos pájaros 
arrojan pétalos negros
en el seco lecho del Amazonas




CLXXIX

No entiendo tu desprecio 
ni que me prohíbas penetrar
en tu letargo
o que puedas sentir las voces  
de un peligro imaginario 
en las noches infinitas del presente

me siento confundido por tus dudas
de que te parezca natural
ir llenando los vacíos del amor
que se evapora
los recuerdos y la pasión
de un ayer aún reciente 
por un odio tan inexplicable
como absurdo   

cuando mis palabras se inflaman 
con las llamas de tu apatía 
la impotencia es una piedra que golpea
hasta hacer que brote la sangre
en mis sentidos
y la soledad 
en forma de agitado mar 
me ahoga sin remedio




CLXXX

La moral invade con sus normas
las habitaciones cerradas del deseo
código claroscuro de la ilegalidad
desnudando al sexo de protagonismo

el talismán de la libertad
se rebela contra la conciencia
de los legisladores
en la complicidad de la seducción
y la realidad nos anima a fingir
la superación de los traumas
que encadenan al comportamiento

la silla vacía en el escenario de la luz
se contrapone al gentío desbordante
de la sombra
y el dedo acusatorio de los jueces
provoca el aplauso de los represores

en la profunda noche de la soledad
el reprimido juega al ajedrez con el pecado




CLXXXI

Los días deambulan sin benevolencia
sembrando de llagas la memoria
y el camino se nos antoja peligroso
por un bronco laberinto 
que se desliza cuesta abajo 

los semáforos en rojo paralizan
los remordimientos
y la culpa no nos pertenece
abocados a navegar en solitario

el mañana siempre es un deseo
que se aplaza 
entre dos malogrados
fragmentos de conversación
en los que buscamos alguna razón
para seguir viviendo




CLXXXII

Herido por el amor 
que me vendiste realquilado
subo los peldaños
de las alucinaciones
con la desgana marcada a fuego
en el azul ultramar de la noche

a la luz adormecida 
de un cine que me evade 
del trastorno
la pasión se escapa 
junto a la vanidad
hasta el lugar 
en el que sepultas tus cadáveres

tu silueta desde hoy
se niega a compartir
mi sombra
y te imagino en este instante
aferrada a un vaso de ginebra
en la terraza de un hotel de tránsito

espera
no lo hagas
deseo formularte una pregunta
¿te apetece pactar con el olvido?

puedes volver 
a compartir mis quimeras
si te miras curiosa 
en el espejo ficticio que seduce tu vacío
muralla que se derrumba
con la incertidumbre de tus ansias



CLXXXIII

Cegado por la angustia
sé que tu amor fue una ficción
y lo vivo ahora en toda su crudeza

puedes justificar la soledad
la angustia que te atormentaba
de saberte incompleta
perdida en la vida de los otros
convencional y circunspecta

admiro tu habilidad al mostrarme
tu colección de máscaras
y el repertorio completo de apariencias
disimulando el egoísmo 
con vestidos de seda transparente
preguntándome quién eras
a la vez que oculta
en las hirientes aristas
de un diamante

declaro mi impotencia
al saberte reflejada
en un espejo convexo
que deforma tu imagen 
según la perspectiva

tanta contradicción
por días
hoy eres la que ha muerto
mañana
¿es aún posible? 
la que me puede devolver la vida



CLXXXIV

El anciano está convencido
de que no aprenderá jamás a volar
y no le agobia la inevitable 
proximidad del fracaso

guarda en su interior
historias de amor
que esconde 
al corazón vagabundo
desde una vida que se le antoja
aún muy corta

incapaz de ofrecer a sus labios
el añejo gusto de la miel 
se asoma de puntillas 
a la frágil línea del horizonte
sin que le inquieten 
las molestas picaduras del vértigo 





CLXXXV

Sólo espero que los años me concedan 
una moratoria
y los días me esperen sin urgencias
preso de un pasado que me duele
en un rostro que ya no reconoces

he dilapidado sin pretenderlo 
mis vivencias
he caminado descalzo 
por mis hipocresías
no he logrado reconocerte 
en tu ciudad
las noches tan frecuentes 
en que huías

hoy te escondes 
en el eco estridente de la música 
en tu verdad 
que siempre regatea a la cordura
lejos de la culpa 
sedimento de una vida
a la que el amor le dio
instantes de sentido




CLXXXVI

Sigo buscándote cada noche 
cuando en la casa
cesa el rumor de las ventanas
y las quemaduras levantan 
alambradas de acero
que tratan de apresar 
los gemidos del insomnio

¿recuerdas?
cada noche a las doce 
explotaban las estrellas
gritábamos mil veces 
a la espera de un latido
de la lluvia azul de los cristales
o de un soplo súbito 
de eternidad 
suspendida en la luz ferviente 
de los besos
  
en mi corazón 
no hay olvido ni sueños
la luna se oscurece
envuelta en la ceniza
para no alumbrar
los helados laberintos 
de tu ausencia




CLXXXVII

Permaneces secuestrada en ti misma
recluida en la expectante espera
de un imaginario aviso del destino
sombra que empuja el viento 
por las dudas cómplices de tu letargo

no te es posible viajar
hacia el rincón de tu interior 
que aún no conoces
es un castillo de arena
en el sueño de tu playa 
despoblada

bajaste de aquel tren
en una estación sin nombre
de un lugar desconocido
sin equipaje
y te vistió la noche
la soledad
o el frío que te enferma 
del invierno

nada puedo decirte 
aunque me preguntaras
has roto hasta el reloj 
que marcaba el tiempo
en el constante naufragio
de tu vida

debes volver a la estación
sin prisa
elegir algún lugar 
en una ciudad con nombre
para despertar en primavera
entre el humano murmullo 
de otras gentes 



CLXXXVIII

Sobrevive sonámbulo agosto 
absorto en la impostura
de una ciudad devastada 
de habitantes
paisaje que precede 
con sigilo al tedio
desatando la necesidad clandestina
del falso placer comprado
en la desnuda almoneda 
de la calle

tal vez nos creamos observados
desde el balcón sesgado 
de la realidad
en la hora inoportuna
que sucede 
al tímido rumor de la tarde
cuando el delirio adormece los sentidos
mas allá de los furtivos besos 
que desembocan 
en el sexo simulado

se vuelve al punto de partida
con la cobardía embutida 
en la mentira
ajenos a la desconfianza 
de una felicidad sin fundamento
cuando la existencia se convierte
en una sucesión 
de momentos repetidos




CLXXXIX

Tu amor despojado de desconfianza
envejece en los brazos de la fidelidad
mientras un espejismo se apodera
de mi mente
desairando la fe de erratas del recuerdo

frágil la memoria se sumerge en la duda
las preguntas bloquean a la razón
desde la travesía sin salida 
de la pesadumbre
las mentiras compasivas
disipan las contradicciones 
de oscuros sentimientos 
que apuntan al indigno jadeo 
del rencor

la sinrazón del miedo 
emerge inapelable
atrapado en una conjura imaginada
que detiene al tiempo
en el reloj de la cordura 





CXC

Reniego de todas las cosas que detesto
sin que me paralice la culpa
razonando contra las falsas devociones
con la pasión febril 
del deslenguado

recorro a duras penas los caminos
furtivo 
disidente de todo lo prohibido
conviviendo con los desheredados
perseguido 
por sobrevivir a contramano

me abrazo sin rubor 
a las probabilidades
donde se desploma con osteoporosis 
la libertad

elijo al pensamiento desganado
y a la justicia que se imparte
sin código civil ni militar

quiero salir de un mundo etiquetado
y aprender la ideología de los escépticos





CXCI

Cierro los ojos mil veces 
cada día
para adentrarme investido de polizón
en los pliegues momificados
del desorden
los recuerdos se rebelan 
inflexibles con tu abandono
proyectando mis errores
en la fugaz instantánea 
de absurdos pretextos

la visión aún espesa 
en mi memoria
reproduce la angustiosa cadencia 
de repetitivas emociones
desierto
abismo
desdén
el jadeo inconstante 
y alevoso del recuerdo
hace patente
el invisible rastro de la contrición

no es posible la indiferencia
que a deshora se aproxima
solicitando el perdón 
a heridas inclementes

sólo la impotencia neutraliza
el posible efecto balsámico 
de las excusas



CXCII

Se proyecta de improviso 
el miedo
e impunemente 
se apodera de la voluntad 
anestesiándola
intervalo de las horas 
en las que se atrofia el alma 
y los sentidos retroceden
a las cavernas
esperando el desenlace
confinados en la certeza 
de la culpa

se concibe el naufragio 
de la voz
sentencia inevitable del instinto
que ordena traicionar
a la genética
y el asedio inoportuno del temblor
deambula 
a la caza del desánimo

en el insólito latido de la sangre
conseguimos simular 
la valentía
inherente a la condición misma 
de ser hombre
para escribir con letras de oro
otra página gloriosa
en el inmemorial libro 
de las guerras




CXCIII

No siento el lejano murmullo 
del mar 
solo me sobresalta el silencio
mezclado con los ecos 
de oxidados alfileres 
y no será ya necesaria
la brújula
porque nuestro barco 
yace encallado para siempre
entre las rocas

avanzo caminando en las arenas
para devorar las horas 
del crepúsculo  
ignorando los árboles 
que tatuamos en el parque  
y a lejanos pensamientos
o navegando por el inagotable
mar de siempre

busco quedarme a solas 
para disfrutar del fuego 
abrazando a las sombras 
de otra noche 
por si no amaneciera
descubrir el llanto azul 
de algún paisaje 
que solo conoce mi alma 




CXCIV

Quiero verte apartada 
de ese mundo 
en el que te has implicado 
sin saberlo
creando personajes 
que sobreviven
disimulando 
gestos y silencios

quiero imaginarte mirando 
de reojo
o deambulando arropada 
por la niebla
escaleras arriba
abrazando causas
y redactando manifiestos 
que indaguen en tu alma

quiero saber que sueñas 
como la niña 
que al conocer se asombra
poner la mano en tu mejilla 
sin tener que imaginarme 
las caricias 

quiero asomarme a tus ojos
cada noche
oler tu perfume de aire y mar
sin tener que pedir perdón
al infinito
y disimular mis emociones
en las aristas 
del tiempo más cobarde



CXCV

Invoco el recuerdo intermitente
de mi juventud
cuando cada noche 
los sueños clamaban mi bienestar
acariciando los bordes 
de una incipiente introspección

sentía el calor de las hogueras
endureciendo los vacilantes fluidos 
de la amistad
llamaba a las cosas por su nombre
dejándome arrastrar por la premonición
o por la fascinante atracción
de lo aparente

hoy subsisto 
en una convencional madurez
infiel a la memoria que se pierde
náufraga del silencio 
buscando en desordenadas imágenes
lo que pude haber sido
disecando los perversos argumentos 
del azar
y sumergido en el irresistible oleaje 
de los enigmas

en la presunción de errores imprecisos  
indago la posibilidad 
de cambiar el sentido de mis pasos





CXCVI

-Háblame de ti
 del amor

-No puedo
 me desconozco

 desde la niñez sentí miedo
 a saber
 a conocer

 y sólo supe regalarme la tristeza
 que compraba compulsivamente
 de estraperlo

-Espera

¿recuerdas algo en especial?

-Sí
 mi primer beso

 mas la historia es muy corriente
 la de un instante detenido
 que nace y muere de improviso
 en mi memoria

-Ven a mi lado
 quiero que sientas el deseo
 el misterio de abrasarte 
 con el leve contacto de mis manos 

  


CXCVII

Deseábamos explorar otros lugares
sin abandonar por completo
la tierra donde bebimos
la primera leche
navegando sin poder aprender
el oficio de los pescadores

llevamos con nosotros la cáscara 
impregnada en el sabor acre
de un limón adolescente
ansiosos del paraíso prometido
en los impresionistas dibujos
de Gauguin

no encontramos en su sitio 
la brújula 
y es posible que perdiéramos algún tiempo
en alcanzar el rumbo deseado
también recuerdo 
que preferimos dar un rodeo
dejar que nuestros ojos 
se acostumbrasen a soportar 
la cegadora luz del infinito
o el pulso acelerado
las veces que tuvimos
el destino a nuestro alcance 

no podría precisarlo con exactitud
pero no todos estuvimos de acuerdo
cuando decidimos regresar 
al punto de partida 




CXCVIII

Busca reconquistar 
la tregua duradera
en la codicia que arde 
abandonando tu cuerpo
y aparta la niebla que te mantuvo
quieta 
tras el manto de polvo 
que nublaba los cristales

vive para tenerme
uniendo los dedos de las islas
y aprende a practicar
los idiomas prohibidos
que se han escrito 
con la sangre azul de los peces
bajo la ciega mirada 
de una luna desnuda





CXCIX

El amor desaparece
exigiendo borrar su memoria
cuando llega la carta 
de alguna amante 
que cierra las cortinas
al luto áspero de las viudas

resurge la pasión renovada
que esconde su rubor de adolescente
en imprecisos agujeros negros
de secretos que no serán nunca 
compartidos 

alrededor de sus cuerpos desnudos
creen escribir una nueva historia 
pero vuelven
a las mismas frases desgastadas 
de siempre



CC

Solo te hablaré de amor 
esta noche
y dejo abierta la ventana 
a la luna
para que sea testigo de dos seres
que se aman hasta el alba 
en la distancia

cogeré tu sueño entre mis manos
para que no lo sientas
abrazado a tu alma 
sin preguntarle 
por miedo a que sea verdad 
que tu existes y me dejas

pero me llamarás mañana
y sabré que no estás cerca
que tratas de olvidarme
y no me bastará ni tu voz 

mañana
cuando sepa que estás dormida
en la cumbre de una vida 
empapada de vientos 
de nubes y de años





CCI

Mira
éste es tu árbol
si lo deseas te hará libre
mientras sus raíces vivan
extrayendo tus lágrimas
de la tierra

silencio, nube, sol y viento

no olvides mis palabras
sólo si quieres
éste árbol es el de tu libertad

lluvia, amor, luna y sueños





CCII

Será porque resbala como llorando el agua
por un cuerpo que apenas noto que respira 
me atrevo a preguntar si has vuelto satisfecha
a regresarme el tiempo que he perdido

has lavado tus pechos con la humedad del alba
montando las pasiones sobre caballos negros
que fingen la suave caída desde un escalofrío
y vuelves ya enferma a pronunciar mi nombre





CCIII

Sentado en la maleta del presente 
espero al tren que me llevará a ninguna parte
mientras la noche 
cómplice alevosa de la aflicción
se anuncia en estridentes altavoces

el rastro de la sangre
oculta el dolor de las mentiras
promesas rotas que envejecen
en la plenitud adolescente sin sentido
inclementes
los días se consumen sin aprovecharlos 
apelando a la conciencia
inútil pretexto
de lo que inevitablemente es ya el pasado

la vacilación de hoy es preludio inexorable 
del exilio que me impondrá el mañana
hollín que sobrevive a la hoguera en su agonía
triste canción que clava su aguijón en los recuerdos
    
sé que debo aventurarme
en una apuesta difícil por la vida
liquidar en el olvido sentimientos
recuperar el ausente latido del coraje
y humedecerme con la lluvia
sin sentir nostalgia del invierno   




CCIV

Estás ausente y tu boca 
niega la risa al amor recién nacido
y a las palabras de fuego
que no alcanzan a llamar a mi puerta
para quedarse 

rozas al deseo con descuido
como si esperaras que la lluvia
lave la claridad de tu cuerpo
e invisible puedas esconderte
en un puñado de tierra

luego te abrazarás a la nieve
para que escape sin humillarte
el calor de nuestras noches
pero esta vez te gritará la soledad 
y creo que tu lo sabes  





CCV

En estas horas de desasosiego  
presiento la infidelidad de tu amor
que comparece puntual en cada cita
y se abalanza sobre mí
desde unos labios que me extrañan
pretextando excusas inconexas
con las que pretendes disimular tu hastío
   
me hablas con palabras que no te corresponden
te ocultas atada a los sollozos
sin atreverte a decirme tu verdad
incluso a parar el tiempo
y aplazar nuestra derrota

a deshora la calle estaba llena de gente
pero intuía un aislamiento
desconocido en tus ojos
mientras otra pareja se despedía con un
¡hasta luego!
en el instante en que tú te alejabas

y deduzco que te he perdido 
para siempre                



CCVI

La noche se despide agonizando 
entre las sábanas de tu ausencia
hurgando en el dolor reciente
que lame la jauría de lobos 
que se alimenta de los celos

el teléfono es ya un objeto innecesario
moribundo vencido 
por la huída irremediable de tu voz
y tus palabras pintan las paredes
con el color que evidencia a las mentiras

en el rincón más oscuro de la habitación
aún permanece intacta la vasija
con la que imitaste la escena de Pilatos
improvisando un monólogo cobarde
y vistiendo la desnudez de tu traición con fuego

te recuerdo empapada por la lluvia
asomado a la ventana de mi indignidad
fugitivo de la realidad en esa noche
preludio maldito de la soledad




CCVII

Vives envuelta en tu nube
cuando coqueteas
si la luna asoma llena
y es siempre la de ayer
aunque sea luna nueva

crece y mengua 
si en el llanto la acompañan
los cuartos que tañen
las campanas de tu iglesia

mira la sonrisa de la luna 
esta noche te vestirás con ella 






CCVIII

Amaba la soledad como refugio
y la libertad era desconocida
en el motín provocado 
por los guardianes del orden
impregnada por el olor nauseabundo
de una moral asimilada 
en las cloacas de la historia

los ciudadanos 
convertidos en sepulturas de la paz
vestían camisas negras
que oscurecían cada minúsculo rincón 
de su inteligencia
con las turbias mentiras 
de los vencedores   
congeladas en la resaca
de promesas incumplidas 
desde el parto

acaso es comprensible la indolencia
aprendida del mar que arroja 
desperdicios
al silencio imperturbable de las rocas
y el engaño transformado 
en Biblia
se pudre en el escaparate televisado 
de los patriotas

para nada sirve el humo del coraje
dispuesto a ofrecer hasta la propia vida
en un mundo gris y de ceniza
que se mira ensimismado en el espejo



CCIX

El idealista conversa 
con el tarot de la fortuna
en un viaje programado
al orificio abierto 
en el muro del futuro
y aliado con la noche del miedo
arrastra a la multitud doliente 
de la codicia
hasta el convite de la felicidad
invención prendida con alfileres
en el margen más inseguro 
del azar

el milagro se generaliza 
en su viaje a la patria 
de la adversidad
hoguera inagotable 
que calienta la desilusión 
dispersada en la desnuda ciudad
de los inviernos permanentes

la realidad 
invitada obligada en el protocolo 
de los días
les romperá la ilusión en mil pedazos
ahuyentando las fantasías
y la niebla llegará por sorpresa
desde el mar en que asesinó a la luz
para ocultar en su penumbra
a la esperanza 



CCX

Vuelve la mirada hacia el campo de cerezas
para contemplar tu rostro horneado de muchacha
mientras tus ojos derraman la última lluvia 

has llegado temprano a tu vida y no reniego
del milagro al que me convocaron los tambores
hasta el lecho del agua donde nos conocimos

hace de esto mas de un siglo y el espectro de la locura
me regresa el temor al pensar que todo estaba escrito











2 comentarios:

constantino mpolás andreadis dijo...

...ME GUSTA!...pero eso sí: prohibido prohibir...el plagio es tan imposible como no plagiar...

Eva dijo...

Maravilloso!!Saludos