No quiero ser una clepsidra milenaria
tan sólo me siento un hombre horrorizado
huyendo del temblor que atenaza a las piedras
cuando lapidan rosas en un jardín de Oriente
Sé que con esas mujeres han muerto poemas
palabras de amor despeñadas en la fosa
que ofrece el fanatismo de mortaja
Las condenaron a muerte
sólo por amar lejos del matrimonio
© Fernando Sabido Sánchez
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