viernes, 16 de julio de 2010

MISILES Y ECUACIONES (III), Por Fernando Sabido Sánchez


SOLVE ET COAGVLA, Óleo sobre lienzo, Pintura de Ioannes Ossa ViBcherius


1


En tiempos de crisis regresan los dioses
desde el limbo para pedirnos resignación
entre cantos celestiales

No olvidéis que es el agua bendita
lo que desde siempre nos abrasó las entrañas,
no un infierno inexistente



2

La tristeza invade la memoria
Y la gente enloquece

Excitados por las jaculatorias
Los ángeles pactan
Procurarse la fuga



3

La pederastia practicada
por un sacerdote no la consideran
sus eminencias superiores
y reverendísimas
un gravísimo crimen

Les ampara un inmemorial
derecho de pernada



4

El informe de la autopsia
Aporta datos concluyentes
El indigente cayó fulminado
Por letal sobredosis de hambre



5

Aquel hombre fatalmente oprimido
Esperó sentado en vano toda la vida
Que otros le hicieran su revolución



6

El Dictador firmaba las sentencias de muerte
Con el brazo incorrupto de los Obispos



7

Nos refugiamos en el escepticismo al no ser
capaces de poner orden en lo cotidiano

¿Para qué nos creó a su imagen y semejanza
un Dios inexistente?



8

Mis cabellos encanecidos han perdido
Su primitivo color por completo

Es hora de vencer el miedo
Las heridas de la cobardía
empiezan a supurar obscenidad




9

Jamás deberíamos buscar el camino más corto
entre dos puntos

Basta con sentirnos vivos y disfrutar cualquiera
de los infinitos itinerarios



10

El tedio me persigue todos los días
Y no es culpa de la lluvia
También me acosa obstinadamente
Cuando tomo el sol

Decido sentarme a escribir
Y ponerle los cuernos




3 comentarios:

Laura Caro Pardo dijo...

Ponerle los cuernos al tedio te sienta muy bien.
Un abrazo

José Antonio Fernández dijo...

Misiles que llegan y dan en el blanco. Poesía dura.
Un abrazo.

Angeles Fernangómez dijo...

De verdad, Fernando, tomaría esto como un tratado de sabiduría. Se puede echar mano de ello e muchas ocasiones de la vida.
Manejas divinamente también la ironía. De los recursos poéticos ni hablar ya.
Un abrazo