I
LA HORA DE LA ANGUSTIA
Debo mantener la mente fría
más allá de lo indescifrable
que puedo encontrar al otro lado de la puerta
hasta es posible que mis pasos
sigan recorriendo el círculo
pintado sobre la piedra gris de las penumbras
Es la hora de penetrar en el último laberinto
apartar con mis manos en la oscuridad
las telarañas colgadas en el mármol
y buscar la habitación
en la que alguien que aún no conozco
interpreta al piano desconocidas partituras
Dentro de la caja
en que se ofrece a la felicidad como un regalo
puedo guardar la hora de la angustia
en ampollas de cristal con dinamita
II
A UN VIEJO AMIGO
Estás entre los privilegiados, siento tu poder
arrollando sin compasión a la gente
que pasa una situación difícil,
y tu tiranía, instrumento preciso
de la que emanan oscuros presagios,
siento tu corazón en el límite, tal vez
reminiscencias de viejos traumas, del miedo
o la angustia
Tu noche será larga, recuerdo cómo eras
en aquellos tiempos, árbol humillado,
una sombra peleando por tu supervivencia
Te recuerdo un día desnudo entre las cenizas
allí donde naciste, ajeno a lo material,
fruto de tierra fértil, mirando con ansiedad
el infinito, ávido de todo lo que ahora desprecias
Espero sea sólo una situación pasajera,
que la cordura te sacuda los sentidos
y encuentres tu verdad lejos de los genitales
III
FRAGILIDAD
No debo permanecer un día más en la fragilidad
y ni siquiera recuerdo de qué huía
cuando acepté implicarme en este desorden
o sentarme a tomar el sol con los ancianos
Una mujer me cerró la puerta de su casa
sin querer escucharme
y me siento capaz de recomponer en otro lugar
las piezas desgastadas del rompecabezas
IV
PAISAJES
Hay paisajes de pueblos desocupados
de cielo a la deriva, latifundios
de ausencias en un tiempo que siente
no haber existido
Quedan las almas purgando añejas culpas
en espiral, entre la vanidad
de los amores disipados que ansían fundirse
con el crepúsculo en un atardecer perpetuo
A fuerza de apegos, he vuelto para buscar
viejos sentimientos con inútil pretensión
de impermanencia
Presagio de los años que aùn me restan
en cautividad
V
Hay paisajes de pueblos desocupados
de cielo a la deriva, latifundios
de ausencias en un tiempo que siente
no haber existido
Quedan las almas purgando añejas culpas
en espiral, entre la vanidad
de los amores disipados que ansían fundirse
con el crepúsculo en un atardecer perpetuo
A fuerza de apegos, he vuelto para buscar
viejos sentimientos con inútil pretensión
de impermanencia
Presagio de los años que aùn me restan
en cautividad
V
OTROS TIEMPOS
Aún sigo juntando palabras
y puedo ver arrugas en mi rostro
empiezo a inventarme los recuerdos
y debo plasmar mis pensamientos
de inmediato
Cada mañana antes de empezar a escribir
te ofrecía una rosa con el desayuno
De eso hace ya mucho tiempo
Aún sigo juntando palabras
y puedo ver arrugas en mi rostro
empiezo a inventarme los recuerdos
y debo plasmar mis pensamientos
de inmediato
Cada mañana antes de empezar a escribir
te ofrecía una rosa con el desayuno
De eso hace ya mucho tiempo
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4 comentarios:
Pasar por aquí es cargarse las pilas con buena poesía, de calidad.
Un saludo.
Gracias JOSÉ ANTONIO, siempre tu
compañia en mis letras
un abrazo
nando
La profundidad de estos textos me cautivan...
Cariños:
Elsa
Es complicado creer, como tienes una imponente habilidad para formar de las palabras la maravilla en el arte de la literatura.
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