lunes, 15 de marzo de 2010

LOS LABERINTOS DEL SEXO, Por Fernando Sabido Sánchez

Pintura de Hajo Horstmann



I

LA HUIDA

Se apartaron del sexo dejando atrás
las fábulas sustantivas y una pasión
enhiesta y militante

Uno de ellos, sólo uno, cerró los ojos
y pensó que todos nos planteamos
la huida en algún momento
hasta que el frío nos empuja a regresar
convictos y confesos

Para sobrevivir en una incurable
persistencia



II

MASTURBACIÓN

Amaina la tempestad en tu cuerpo
Y te desplomas sobre el lecho
Al socaire del último naufragio

Sobre la mesilla de la habitación
Una lámpara de cristal de Murano
Refleja el enésimo crepúsculo
Fraguado en los océanos de la soledad



III

EL MIEDO

Se sentía libre
Lamiéndole el sexo
Provocando tempestades
Algoritmos
Múltiples orgasmos
Encantamiento

Aunque jamás
Le acarició el alma
Por miedo


IV

ARTIMAÑAS

Poseía una voz estridente
y una risa nerviosa que la hacían
insoportable
Hasta sentía vergüenza
de que me vieran con ella
No me importó declararle amor eterno
o llamarla preciosa en privado
si a cambio conseguía follármela

Estas artimañas las repetí
con otras mujeres
siempre que se presentó la ocasión
He sido un gran hijo de puta
Lo reconozco



V

NADA ES PERFECTO

Cuando me la presentaron supe
Que era una gran mujer
Atractiva, culta, inteligente
Había viajado por múltiples países
En los que coqueteó
Con los intelectuales
Y artistas más reputados
Unas copas más tarde
Me lancé a sus brazos
Y acabamos en la cama
Comprobé que en esa tesitura
Era bastante inexperta

Nada es perfecto
Obviamente



VI

EN LA SOLEDAD DEL SEXO

En la oscuridad, sobre un lecho de abenuz
el deseo dormita a trasmano entre caricias
imaginadas, erótico trasiego y lascivia,
mientras, el alacrán del sexo despierta
evocando nocheviejas frenéticas

Entreacto, un rumor de sábanas de seda,
una antología de manuscritos rompe el maldito
silencio y cede el aliento cuando explotan
los sentidos, esquirlas, retazos de lluvia
que apaga el fuego entre psicofonías
y el grito final, preludio de una vacilante
duermevela

Son las cinco y la madrugada se ha perdido
en la clausura de la habitación, sin conversar
con nadie, sólo la ilicitud del solitario placer
apacigua mi soledad,
soledad que no alcancé siquiera a compartir



(Poemas de mi libro:Las diosas ocultan su sexo
detrás de la luna)



.

4 comentarios:

L.N.J. dijo...

Felicidades por este gran poema. Atractivo, enigmático y sensual. También puse en mi blog este gran video, en mi poema " De otra manera".


Saludos.

Paloma Corrales dijo...

Versos llenos de lucidez; limpios e impactantes. Felicidades.

Saludos.

Samuel Rego dijo...

He disfrutado de la lectura de este poema engalanado de hermosas imágenes y evocaciones.
Un saludo

José Antonio Fernández dijo...

Muy buenos. Mew encantan los dobles sentidos de algunos poemas.
Saludos.