El cantaor se arranca por fandangos
y rompe el silencio, la indolencia,
el dormitar culposo de mi hedonismo
La luminosa madrugada de la cercana
Córdoba difumina la tenue claridad
en el vagón del tren de cercanías
y de repente vuelvo a quebrantar
los códigos no escritos de la fidelidad
He vivido la misma historia otras veces,
el corazón excitado, la familiaridad
del paisaje a través del cristal,
las cálidas noches de labios sonrosados
en las que buscaba compañía
de una amante circunstancial
Te mentí, para no convertirme
en un rehén de mis actos
.
2 comentarios:
La noche de Córdoba...
Es otra Córdoba pero quizás sea lo mismo, distancias sin distancia, Rehenes que no son tanto.
Un abrazo.
Alicia
somos rehenes cuanto mas mentimos! pues la mentira tiene patas cortas y no es bueno engañarse ni engañar un abrazo
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