miércoles, 26 de marzo de 2008

ESTUVE EN LOS BRAZOS DE UNA DIOSA, por Fernando Sabido Sánchez

 

Fue como un descuido,
estuve en los brazos de una diosa
rodeado de pureza
cuando yo odio las parábolas,
y humedecí los labios con el vino
mientras le dibujaba caricias
encendiendo los deseos

lo juzgué una visión,
un brindis temerario al placer
con disonancias
y arrodillarse ante la sed,
un hola y un adiós a su desnudo
a un cuerpo sin pasión
en un paréntesis de ausencia

volví del sueño derrotado,
con necesidad de amar para sentirme hombre
mientras la diosa me imploraba

espera, no despiertes




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