Veo hombres dormidos en el apacible sopor de las tardes
Que jamás moverán un dedo por cambiar su destino trágico
Veo hombres empeñados en masturbar a los dioses
Amparados en la inmunidad diplomática de los templos
Veo hombres de rostro gris embutidos en uniformes grises
Ejecutando con disciplinada crueldad las sentencias
Veo hombres cómplices con la inmunidad de las castas
Haciendo el trabajo sucio a cambio de unas monedas
Veo hombres entusiastas con los cristales de la vida
Atrapados en los abruptos grilletes de la muerte
Veo hombres fanáticos de nacionalismos trasnochados
Plantando banderas piratas en los paraísos fiscales
Veo hombres dóciles en la penumbra de las dictaduras
Lavando con su sangre los cadáveres de los disidentes
Veo hombres deformados presos del dinero fácil
Que invierten los beneficios en la compra de jueces
Veo hombres mercenarios de los dueños del mundo
Infectando las urnas con virus de fascistas clonados
Veo hombres impotentes colgados de los televisores
Que satisfacen sus instintos con excrementos de eunucos
Y veo hombres que se alimentan de hombres
Con la miserable excusa de autoafirmar su hombría
Fernando Sabido Sánchez
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1 comentario:
Es triste, pero tengo que darte la
razón. Es imposible que tan lejos
como estamos veamos lo mismo. Creo
que esto es una plaga.
Un fuerte abrazo.
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