A ciertas ciudades no las alcanzará jamás la luz del día
y sus habitantes semejan ser sombras proyectadas
por farolas artificiales e inexpresivas en paredes veladas
Con el libre albedrío, la piel se transforma en papel couché,
las conciencias y el destino se reconstruyen en paisajes
provistos de muros desdentados, anatomía con la que aspiran
a protegerse de la esclavitud
Nadie admite el fracaso, ambicionan el yo sobre todas
las cosas y piden con insolencia a los otros lo que ellos nunca
entregarían de manera voluntaria, exclamando:
¡OH dios misericordioso!, pon tú por nosotros el coraje
¿no adviertes nuestro miedo ni escuchas los llantos ásperos?
Hasta ellos acudió puntual la muerte a su cita cargando ataúdes
de segunda mano y ni aún así lograron soterrar la vergüenza
[Noviembre 2012]
© Fernando Sabido Sánchez
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1 comentario:
!!Hola,Fernando!!
Palabras sabias envueltas en dulce poesía.El mundo esta sufriendo un retroceso y espero q no sea imparable.Un placer visitar tu espacio.Muchísimos besos,Fernando.
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