El niño no va a la escuela hoy
y es probable que jamás vuelva a asistir a alguna /
lustra zapatos en la calle con movimientos
acompasados / casi de ballet /
pese a su corta edad / forma parte
de una empresa mafiosa de producción y explotación /
esta noche entregará a su madre unas monedas /
un tesoro con el que podrá subsistir toda la familia /
La escuela es un lujo que no pueden permitirse /
una pérdida inútil de tiempo / como dice su padre:
se aprende más y más rápido en las calles /
algún día / alguien le ofrecerá un trabajo
mejor remunerado en el menudeo de la droga /
El niño no sabe leer pero es inteligente /
aprenderá con rapidez las claves del negocio /
durante unos meses evitará a la policía /
inexorablemente llegará el reformatorio /
para él la verdadera escuela / pequeñas condenas /
las cárceles / universidades que otorgan licenciaturas
en delincuencia / otra vida perdida en los agujeros
negros de la ciudad / la calle no perdona jamás
a los que viven de ella y en ella /
El hombre al que lustra sus zapatos no es ajeno
al sombrío futuro que espera al hijo de la pobreza /
de la desesperación / se siente poderoso / a cambio de unas
monedas para él insignificantes / presumirá del brillo
del calzado todo el día / aunque esté soldando otro eslabón
a la maldita cadena de los miserables
Fernando Sabido Sánchez
1 comentario:
Escribir la verdad puede resultar
duro, pero no tanto como las propias
vidas que nos relatas, es tal y como
nos lo propones, sin tapujos y tan
fielmente relatado que puede figurar
en el curriculum vitae de tu niño
limpiabotas.
Así es la cruda realidad y así es
como el poeta debe, o mejor dicho,
tiene el deber de denunciarlo.
Un abrazo "mu apretaico" desde mi
Mar Menor en Murcia
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