I
No espero nada de ti
El deseo ha muerto entre cristales rotos
Y hay silencio en tus manos
No ocurrirá un milagro
II
Mujer, apenas me alcanza el murmullo
rabioso del pasado, la respiración asimétrica
de tus orgasmos, el relámpago verde de tus ojos
La muerte se abraza con sadismo
a una pasión en la sombra
III
De la confusión surgirán odios con fuego
que abrasarán las hojas muertas del afecto
IV
No entiendo de apariencias
estériles ni de posturas neutras
sí de almas laceradas
y corazones indefensos
A veces el destino nos libra
de la apostasía
ocultándonos en un bosque
de inanimadas agruras
V
Una mujer desconocida
Me arroja algo similar a piedras
y se oculta detrás del corazón
El suelo está húmedo cuando me arrodillo
Pero no la temo
VI
Nos refugiamos en el escepticismo al no ser
capaces de poner orden en lo cotidiano
¿Para qué nos creó a su imagen y semejanza
un Dios inexistente?
VII
Quise exiliarme del tiempo, del amor
y la ternura para curar mi inclinación
a las pasiones libertinas y se oxidaron
los sentimientos en la ausencia
Nunca lo dije a nadie, es preferible callar
porque siempre terminan ladrando los perros
No espero nada de ti
El deseo ha muerto entre cristales rotos
Y hay silencio en tus manos
No ocurrirá un milagro
II
Mujer, apenas me alcanza el murmullo
rabioso del pasado, la respiración asimétrica
de tus orgasmos, el relámpago verde de tus ojos
La muerte se abraza con sadismo
a una pasión en la sombra
III
De la confusión surgirán odios con fuego
que abrasarán las hojas muertas del afecto
IV
No entiendo de apariencias
estériles ni de posturas neutras
sí de almas laceradas
y corazones indefensos
A veces el destino nos libra
de la apostasía
ocultándonos en un bosque
de inanimadas agruras
V
Una mujer desconocida
Me arroja algo similar a piedras
y se oculta detrás del corazón
El suelo está húmedo cuando me arrodillo
Pero no la temo
VI
Nos refugiamos en el escepticismo al no ser
capaces de poner orden en lo cotidiano
¿Para qué nos creó a su imagen y semejanza
un Dios inexistente?
VII
Quise exiliarme del tiempo, del amor
y la ternura para curar mi inclinación
a las pasiones libertinas y se oxidaron
los sentimientos en la ausencia
Nunca lo dije a nadie, es preferible callar
porque siempre terminan ladrando los perros
VIII
Fui feliz unas horas
o quizás no tanto
Tal vez fue un instante
Y aún no lo entiendo
IX
Ante la belleza perdida entre las grietas
de los años intuyes el abismo y las ortigas
del miedo despliegan lazos negros en tu alma
¡Cuanta hermosura niegas
si te ciñes al dictamen de un espejo!
X
Deberías apagar la televisión,
me aterra el resplandor acrílico
de tus pupilas
No es mi intención protegerme
pero no deseo que vuelvan los fantasmas
en una noche preñada de posibilidades
3 comentarios:
Amo la poesía y la suya es, sencillamente impresionante. No tiene usted arte ni ná. Le seguiré leyendo. Felicidades y un saludo cordial desde Asturies.
Feliz.., gracias por tus palabras
un abrazo
Fernando
Desolación, recuerdos de pasión.
Dolor y cenizas.
Fernando tu poesía es una buena manera de poner en orden el mundo.
Me gusta mucho, mucho.
Me complace acompañarte en tus versos.
Saludos cálidos
Silvina
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