I
LOS HELADOS LABERINTOS
DE TU AUSENCIA
Sigo buscándote cada noche
cuando en la casa
cesa el rumor de las ventanas
y las quemaduras levantan
alambradas de acero
que tratan de apresar
los gemidos del insomnio
¿Recuerdas?
Cada noche a las doce
explotaban las estrellas
y gritábamos mil veces
a la espera de un latido
de la lluvia azul de los cristales
o de un soplo súbito
de eternidad
suspendida en la luz ferviente
de los besos
En mi corazón
no hay olvido ni sueños
la luna se oscurece
envuelta en la ceniza
para no alumbrar
los helados laberintos
de tu ausencia
II
DEBES VOLVER A LA ESTACIÓN
SIN PRISAS
Permaneces secuestrada
en ti misma
recluida en la expectante espera
de un imaginario aviso
del destino
sombra que empuja el viento
por las dudas cómplices
de tu letargo
No te es posible viajar
hasta el rincón de tu interior
que aún no conoces
es un castillo de arena
en el sueño de tu playa
despoblada
Bajaste de aquel tren
en una estación sin nombre
de un lugar desconocido
sin equipaje
y te vistió la noche
la soledad
o el frío que te enferma
del invierno
Nada puedo decirte
aunque me preguntaras
has roto hasta el reloj
que marcaba el tiempo
en el constante naufragio
de tu vida
Debes volver a la estación
sin prisas
y elegir algún lugar con nombre
para despertar en primavera
entre el humano murmullo
de otras gentes
III
POEMA DELIRANTE
Presiento que estamos
enterrando
las viejas canciones de amor,
que el viento de la umbría
va deshojando nuestro libro
verso a verso
sin demorar el arribo
de la muerte
Recuerdo los gemidos
del ensueño,
el ungüento invisible que nos salvó
a veces del naufragio
sin juramentos apócrifos,
la infidelidad desprovista
de estigmas,
las ascuas
Y ahora cada palabra,
cada letra
vagará por paisajes inhóspitos
de algarabía,
nómadas en una selva de pájaros
que desafinan el silencio,
que rompen olas
de lágrimas negras,
tal vez crisálidas a contraluz
trepando la oscuridad
para ponerse a salvo
de espejismos baldíos
IV
LA FRÁGIL PERMANENCIA DE LO ÍNTIMO
Acércate y el amor no desplegará
su sombra por la agónica memoria
de nuestros silencios, sólo son líneas
discontinuas en una tierra fértil
A los amantes nadie puede vetarles
el paso hasta las brasas, ni a deleitarse
con el ámbar gemido del hallazgo
No olvides que rastrearán los surcos
buscando la fatiga, un leve indicio,
silogismos y partículas de pánico
Si no nos alejamos podremos salvar
la desnudez, lo metafísico,
todo se circunscribe a que admitamos
la frágil permanencia de lo íntimo
V
UN LENGUAJE CORPORAL CARENTE
DE SINTAXIS
Trepas con destreza por las escenografías
Adoptando en las cúspides una pose fingida
Un lenguaje corporal carente de sintaxis
Levitando sobre el tiempo
Que con total precisión nos describe
El libro de instrucciones del fracaso
Confusa es tu silueta obscena y arrogante
De promiscuo contorno azabache
Prieta geometría que no entiende
De abordajes ni lógica
Con verdades a medias y relojes sin horas
Que enhebras a la desnudez
Encogiendo sin pudor los hombros
.
2 comentarios:
¡Bellísimo!
La memoria es tan poliédrica como el silencio.
Un cordial saludo.
Cuestión de espera.
:)
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