XXXV
YASMINA CEBRIÁN
Dejadme proclamar las desventuras de Yasmina
Literariamente predispuesta a los augurios
Mientras se lanza al sexo sin semánticas
He de reconocer que no es factible
Volver el rostro a la pasión en ese clímax
Y la niña que retrasó en exceso ser mujer
Codicia recuperar prostituyéndose aquel tiempo
XXXVI
SUMISIÓN
Aquella mujer pugnó con un necio
toda la vida disponer de universo propio,
vestir su penumbra de resonancias
para él inaceptables o absurdas
Desposeída de la fertilidad, sollozó
el color púrpura en los gritos del cinismo,
supo de la infelicidad áspera y oscura
de la obediencia aceptando su tiranía
y le soportó con la arcana cualidad
de la tolerancia y el silencio
Impenetrable idioma el de la sumisión
XXXVII
LIBERTARIA
Me engendraron vulnerable
y abracé al anticristo de mil formas
Ella se llamaba Libertaria a secas
y volví del infierno para amarla
abandonando mi último pasado
en dos mitades
Fue un prodigio de sexo satisfecho
días de nieve y sol
hojarascas de quimeras
una hoguera de besos
bajo una estatua de mármol
Mas por una vez la libertad
fue sólo un diapasón de rejas
que me incitó a decirla:
-Cuando seas libre del todo
¡Préstame tus sueños!
XXXVIII
INEVITABLE DESAMOR
La pasión declina
fatalmente
Se rompen los relojes
en juegos de azar
y abrasan las heridas
entre nieves y luto
Ni siquiera me alivia
aventar las cenizas
Ignoro lo que busco
mirando al infinito
con los ojos vendados
o fingiendo perspectivas
bajo una tempestad
de escepticismo
Si un amor nuevo me alcanza
brotarán mis versos
con excitación contenida
XXXIX
UN LENGUAJE CORPORAL CARENTE
DE SINTAXIS
Trepas con destreza por las escenografías
Adoptando en las cúspides una pose fingida
Un lenguaje corporal carente de sintaxis
Levitando sobre el tiempo
Que con total precisión nos describe
El libro de instrucciones del fracaso
Confusa es tu silueta obscena y arrogante
De promiscuo contorno azabache
Prieta geometría que no entiende
De abordajes ni lógica
Con verdades a medias y relojes sin horas
Que enhebras a la desnudez
Encogiendo sin pudor los hombros
XL
VÉRTIGO
Los últimos pétalos
del amor
yacen bajo la elipsis
de tu cuerpo
¿Aún sueñas?
Olas de sangre
rompen sobre la piel fría
quebrantándola
Y mi corazón enmudece
tras el vértigo
XLI
LA INFIDELIDAD RECORRE LAS ESTANCIAS
DE LA COBARDÍA
Cubre su cobardía con vendas
y le tiemblan los párpados
desconcertado ante la claridad con la que le hablas
No entiende tus metáforas y extravía la mirada
en razones ocultas que disfrazan su verdad
amparándose en las circunstancias
Hibernando la pasión en los oscuros placeres
de la única fidelidad que conoce
XLII
DESCONFÍO DE LOS QUE SOBREVIVEN ENTRE
ARTIFICIALES LUCES DE NEÓN
Desconfío de los que acunan en sus brazos la belleza
sin atreverse a complacerla, no son seres de otros
mundos, están a nuestro lado, por todas partes
Aseveran cerrando los ojos que la amistad, el amor
y la solidaridad no les conciernen
Hoy tienen miedo y sus propósitos son ambiguos
Mañana será demasiado tarde
XLIII
LA AMISTAD SE ENCUBRE BAJO INFINITAS
CAPAS DE BARNIZ
No vienen los amigos a consolar mi soledad y sólo
lo juzgaría como un acto de misericordia
Pero si se acerca un extraño a ofrecerme su amistad
Desconfío
XLIV
COCAÍNA
A tu inocencia la tiraniza el albedrío de unas manos
en las que guardas como un tesoro tres gramos de nieve
Mira la luna que sustenta con hilos de azogue las vidas
de otros seres moribundos, los que dilapidan su sabiduría
sumergiéndose en insólitos sueños, en la alucinación
Has vivido entre los hombres sin advertirlo
y a tu alrededor todo sigue intacto, como esperándote
XLV
AMOR, SI SUPIERA QUE EXISTES
EMPEZARÍA DE NUEVO
No sé como soy
A fuerza de mudarme
Tristeza que nunca
Converge con el llanto
Unas manos vacías
El sentimiento intacto
Los estragos del tiempo
Desvelan desamparo
Desconozco mi lugar
Enredado en laberintos
Impar de compañía
La culpa a la deriva
De orgasmos olvidados
Exánime en la espera
De una pasión monógama
Que jamás ha sido
Amor, aspiración sublime
Si supiera que existes
Empezaría de nuevo
XLVI
MUERTE EN VENECIA
Me fascina la película de Luchino Visconti
La inmemorial muerte y resurrección de Venecia
Los palacios en ruina que amenazan
Con perecer devorados por el Gran Canal
En las playas del Lido un adolescente rubio
Ondea la bandera del Arco Iris al atardecer
Y le inspira al agonizante Gustav Mahler
La sinfonía número cinco
XLVII
EN LA SOLEDAD DEL SEXO
A Marian Raméntol
Poeta y amiga
En la oscuridad, sobre un lecho de abenuz
el deseo dormita a trasmano entre caricias
imaginadas, erótico trasiego y lascivia,
mientras, el alacrán del sexo despierta
evocando nocheviejas frenéticas
Entreacto, un rumor de sábanas de seda,
una antología de manuscritos rompe el maldito
silencio y cede el aliento cuando explotan
los sentidos, esquirlas, retazos de lluvia
que apaga el fuego entre psicofonías
y el grito final, preludio de una vacilante
duermevela
Son las cinco y la madrugada se ha perdido
en la clausura de la habitación, sin conversar
con nadie, sólo la ilicitud del solitario placer
apacigua mi soledad,
soledad que no alcancé siquiera a comprender
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