viernes, 20 de noviembre de 2009

MARGINADOS, Por Fernando Sabido Sánchez


I


TRAVESTIDO


En el ceremonial íntimo del solitario
las lágrimas se confunden con la cobardía
es un proscrito por su realidad
de lo distinto
maquillaje que juzga la sociedad
de irreverente

Ya en la calle cruza la frontera
misántropo en sus sentimientos de mujer
y la noche le sorprende
saldando su deuda con la naturaleza

Allí donde nadie conoce su secreto
le han visto del brazo del mendigo
sufriendo por amor en la prisa de las horas
mordiéndose el deseo en la esquina del coraje
aprendiendo a convivir en los sueños
con las brasas

Hoy se siente el protagonista de su vida
encerrada en el baúl de la infancia
tantos años
y en la acera del placer prohibido
comparte con las putas
la desgarrada melodía de un blues
que estalla en el silencio
de un destino encadenado
a la ambigüedad maldita de su sexo




II

MARGINADOS


La mirada nocturna lame las sombras
mientras la memoria identifica sus límites
enhebrando los rayos que desploma la arcilla

Me sorprende la sonrisa de los marginados
cuando abrazan las alambradas de espino
con una esperanza distante e incolora



III

JAZMINA CEBRIÁN


Dejadme proclamar las desventuras de Jazmina
Literariamente predispuesta a los augurios
mientras se lanza al sexo sin semánticas

He de reconocer que no es factible
volver el rostro a la pasión en ese clímax
Y la niña que retrasó en exceso ser mujer
codicia recuperar prostituyéndose aquel tiempo



IV


INSUMISOS

La multitud se asoma a la memoria
sintiéndose apremiada por el tiempo
y periódicamente hace balance
de las botellas vacías de cerveza

Ajena a la mediocridad
la ilegalidad convoca en las entrañas
de la noche a presuntos delincuentes
investidos de una dignidad no impuesta
que en clandestinidad comparten
la fruta prohibida de su libertad
sorteando el espíritu alienante
de las leyes



V

EL SUBSAHARIANO

El miedo, tiempos inciertos donde todo
lo piensan devastado, volver a ser vagabundos
al encuentro de las noches y estremecerse
para dormir el espanto que les quema
bajo la luna, junto a las azaleas
que en otros tiempos les parecieron sublimes

Exigua esperanza, replegarse a un Sur protervo,
subsahariano. La misma suerte
de todos los crepúsculos desnudos en la plenitud
de algún desierto,
en el límite del mundo que aún perdura
entre la nada y los destinos

Retornar a un tálamo de sombras,
al encuentro de otras tierras que sólo
les ofrecen desarraigo



VI


INMIGRANTES

Es absurdo hacer preguntas
cuando nadie se considera culpable
sabiendo del clandestino inmigrante
que burla la muerte
fraguado en el cemento gris
de la patera

Mientras callamos
las miradas se desvían del infame
naufragio
y la noche oscurece la memoria
de los cementerios marinos
ignorando al sobreviviente
que se inscribe en un vejatorio desafío
para vencer a la miseria

Engañamos al oído
que desprecia los gritos encadenados
de la desesperación
ahogando los murmullos congelados
en el iceberg racista de la sangre
y transitamos confundidos las horas
del miedo abrazados a la vergüenza
que nos es ajena

Mientras en las catacumbas de la justicia
de muerte se condena a los cadáveres




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2 comentarios:

sus(ana) dijo...

siempre ha habido y siempre habrá marginados y quien margine

tus versos sublimes

María BlancaNieves dijo...

Probablemente nunca el dolor haya quebrado la paz en su morada, acaso decepción, usanza y desacuerdos.
Qué ciega la boca que le hiciera daño, qué húmedo el viento en su vertical silencio.
¿Qué carne de marco surge para impedir su noble paso?

Mi respeto a todos ellos.

IMPRESIONANTE TU POESÍA FERNANDO.

Me llama mucho la atención, -perdona mi franqueza-, el simbólico recuadro donde muchos se apuntan para seguir tu huella, y qué gran silencio se palpa cuando publicas. ¿Será que tu magnánimo versar los ha dejado mudos?

Un beso que extraigo de lo más hondo de mi ser.