domingo, 22 de enero de 2012
DE LO EFÍMERO Y LO APARENTE
Óleo de Raquel Sarangello
I
Leo el diario
y el olor a tinta
se mezcla con el aroma
de un café muy cargado
En el suplemento cultural
reparo en la fotografía
de un viejo pintor
ilustrando una entrevista
vacía de contenido
Miro mis manos desgastadas
por la vida y de repente
se dibuja mi rostro
en los posos
Yo también dejé atrás
pinturas y poemas
pero nunca
debí creerme un artista
II
En este delirio predominan las apariencias
la ficción de ascender en el escalafón
y un convenio de boda escrito en hebreo
que te pagarán con monedas acuñadas en hielo
Observo el trayecto imaginario de la aguja
que enhebra hilo virgen en tu traje de novia
III
Déjame ocultarte
de una multitud frustrada
en el refugio de los acantilados
de un océano
descifrando los latidos duplicados
de las mareas
Volverás al inicio
envuelta en el misterio del eclipse
exorcizando las voces
de los que te murmuran
cuando abrazas la vida
con tus sueños intactos
IV
Heredamos del paraíso terrenal
campos de manzanas deliciosas
e infinitas especies de serpientes
No es pecado destruir la leyenda
y gozar tranquilamente del sexo
con tan excelsas tentaciones
V
Hay lugares en los que siento
el deseo de disfrazarme
caminar entre los enemigos
la apariencia que me piden
con el camuflaje
que desahucia a la sinceridad
Creí haber desterrado los fingimientos
y que no viviría más
la ocasión aborrecible de parecer
borrando de mi rostro
la mueca indolora del adúltero
VI
Me cuesta creer que he desperdiciado
tantas oportunidades
o que haya llegado siempre tarde
y mis únicas lágrimas
las depositara en mis ojos la lluvia
Es previsible que nadie me acompañe
el día que me cite la muerte
Fernando Sabido Sánchez
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