ESCONDÍ LAS VIEJAS MUÑECAS DE TRAPO
EN EL DESVÁN DEL TIEMPO
Me niego a mostrar al mundo
la asexualidad de un cuerpo que envejece
interiorizando culpas que no le corresponden
Como si no hubiera ocurrido
y la vida fuera un sarcasmo de mal gusto
Escondí las viejas muñecas de trapo
en el desván del tiempo,
al socaire de los jazmines y del olor
de una infancia que aún me arrulla,
del afecto de las manos deshojadas de mi madre
cuando enjugaban mis lágrimas impares
Ha cerrado el último bar de la noche
y dejo de venderme,
de poner precio a las mentiras,
condenado a ser un guiñol al que fatalmente
la certera guadaña de la muerte segará los hilos
3 comentarios:
Es un poema muy triste, pero me ha gustado mucho, sobre todo estos versos:
Me niego a mostrar al mundo
la asexualidad de un cuerpo que envejece
interiorizando culpas que no le corresponden"
Un beso navegante..
Me gusta. Te felicito.
Hola Fernando, es un honor para nosotros, poetas que intentamos acercar la poesía y literatura erótica de los grandes al mayor número de lectores posibles, que sigas nuestro blog. Respecto al poema, dudo de que la asexualidad sea posible, escribir también es sexual, y tú lo haces divinamente.
Un abrazo
CAtulo
Publicar un comentario